viernes, noviembre 20, 2015

Conversaciones (no digitales) en GetxoBlog

Mañana sábado reunión de blogueros en Getxo #GetxoBlog. Se hablará de mirada de las blogueras, aprendizaje, educación, solidaridad, moda, excursiones, comic, etc. Habrá entrega de premios y cata de aceite con pan, entre otras cosas.

Tengo mi pequeño momento de gloria, formo parte de la mesa de aprendizaje y educación que coordina Itziar Kerexeta y en la que estarán también Iñaki Murua, con "Cibercomunidades de Aprendizaje" y Gorka Palazio con "Mensajería instantánea para la educación, la llegada de los autómatas".

Hablaré de “Conversaciones no digitales”, un título en negativo que no me gusta pero entiendo necesario por aclarar de lo que estamos hablando. Hemos aplicado el verbo “conversar” a tantas tareas, algunas muy diversas, que hemos difuminado su sentido original.

Por intentar recuperar una idea precisa, me atrevo a proponer que una conversación es un intercambio de descripciones, recuerdos, ideas, propuestas, etc., entre un grupo reducido de personas que comparten un espacio físico común, a través de sus palabras y su lenguaje no verbal y con la finalidad de llegar a acuerdos y propuestas comunes.

Una conversación óptima requiere además de algunos requisitos complementarios, como por ejemplo:
  • Equilibrio físico y jerárquico. La capacidad de un jefe, propietario, gerente, etc. de conversar depende en gran medida de su capacidad de dejar de serlo en el momento en que está conversando.
  • Escucha activa. Atención plena al resto de interlocutores en los momentos en los que tienen la palabra.
  • Mínima planificación, que permite reorientar de modo flexible el discurso.
  • Tiempo suficiente para que pueda desarrollarse esta flexibilidad.
  • Ausencia de elementos que perturben o interrumpan el devenir de la misma.

Visto así, muchas de las tareas a las que hemos llamado “conversaciones” no lo son, por ejemplo un grupo de WhatsApp o una videoconferencia, ni tampoco una comida en la que miramos el móvil cada seis minutos.

Mi presencia surge de una conversación provocada por la casualidad. Un contracto con Mikel Agirregabiria en la Semana de la Gestión Avanzada y una pregunta “¿Qué haces últimamente?” ... “trabajar sobre los temas de la conversación y la escucha, la conversación cara a cara”. Y de ahí una invitación a contarlo.

Una conversación breve pero productiva.

jueves, noviembre 19, 2015

Taller a dos

Ayer, taller experimental de conversaciones, dinamizado a dos entre M’Angel Manovell (@dinamikideas) y yo (@GermanGomezSC), y con la ayuda de la Fundación Novia Salcedo que nos puso local y asistentes, a los que también agradecer su asistencia: Leni, Ana, Maider, Iñigo, Asier y Javier.

La idea de hacer un taller a dos surgió de una conversación casual “¿qué haces en los talleres?”. Una pregunta bastante natural entre dos personas que hacemos talleres con un punto en común (las habilidades de relación), pero con matices y estilos diferentes. De la pregunta pasamos a la idea y de ahí a la acción: “hagamos un taller a dos”.

Me gustaron las propuestas lúdicas de M’Angel, hacer caricaturas sin mirar el papel para luego presentarnos o representar las conversaciones imaginadas a través de piezas de Lego.

Al finalizar, los asistentes nos lanzaron dos propuestas básicas, una en positivo y otra a mejorar. En positivo, reafirmando la idea de la complementariedad: dos personas dinamizando el taller se fijan y proponen cuestiones diferentes, complementarias. A mejorar nuestra propia coordinación; se notaba que era un primer taller, “experimental”.

A ello nos pondremos.

martes, noviembre 17, 2015

Consultar el móvil cada seis minutos

Azucena Vega publica un interesante comentario sobre el modo como utilizamos los móviles y otros equipos similares. Alude a un libro publicado por Sherry Turkle, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) en el que se afirma que los estadounidenses consultan sus móviles, de media, cada seis minutos y medio, incluso cuando están con su pareja en un restaurante.

En el libro se propone una pregunta “¿Está en crisis el arte de conversar?” a lo que Azucena responde:
“yo creo que está en crisis la consciencia de las personas que no conversan ni consigo mismas, ni con los demás (investigación a la que alude el MIT), ni con Dios para encontrar un gramo de trascendencia en la construcción de un futuro mejor y para todos -denominado la Sociedad 4.0-“.

Yo, totalmente identificado con las dos, voy a hacer un entrenamiento intensivo en el uso del botón “apagar”, al que invito a quién pueda leer este escrito.

lunes, noviembre 16, 2015

Conversaciones sobre conversaciones

Dos conversaciones recientes sobre las conversaciones y sus posibilidades. Las dos con buenos profesionales, con muchos años de experiencia en ámbitos donde la capacidad de conversar es clave. No menciono sus nombres.

En la primera conversación me dice mi interlocutora que esto de los talleres de la conversación no tiene mucho futuro por una razón sencilla: los buenos conversadores lo son, y los que no lo son no tienen arreglo. Hay personas que no van a convertirse en buenos conversadores por muchos talleres a los que acudan.

El comentario me ha hecho dudar de mi optimismo: ¿podemos mejorar, en alguna medida, nuestras conversaciones?. En ocasiones escucho frases que le dan la razón a mi amiga, como por ejemplo “calla, déjame seguir hablando que todavía no he acabado de contarte que ... “.

La segunda conversación reciente trato sobre el modo como un promotor o una empresa puede seleccionar entre sus muchas ideas para conseguir satisfacer y sorprender a sus clientes. “no se puede hacer nada, es solo una cuestión de suerte, elige lo que mejor creas y ponla en marcha a ver qué sucede”. Es como decir, “no hables con tus clientes de tus ideas antes de desarrollarlas, no te van a responder, solo sabrás que son buenas si las compran”.

Aquí también me surgen dudas, porque es cierto que, a menudo, los clientes no imaginan o se contradicen; adquieren (o no) productos y servicios que no hubieran imaginado o por motivos distintos de los inicialmente manifestados. Todos/as declaramos que nos gustan los documentales de naturaleza pero los índices de audiencia nos contradicen.

Me quedaré con la escala de grises, y no con el blanco y negro puros. Las conversaciones se pueden mejorar y los clientes nos pueden dan pistas de utilidad. Tal vez sean pasos pequeños pero en todo caso de utilidad.

Es una opinión, la mía. Opino y quedo abierta futuras conversaciones.

miércoles, noviembre 11, 2015

Pensar es conversar, diálogo entre dos filósofos

Interesante libro de Emilio Lledó y Manuel Cruz, transcripción de una larga conversación entre ellos. Me limito a recoger varios pasajes:

Tradición. “El auténtico educador trabaja con la herencia recibida. La examina, la critica, la mejora, la limpia, la traspasa a las siguientes generaciones en las mejores condiciones ... al concepto de tradición le ha sucedido como el de autoridad, que estaba fuertemente contaminado y eso retraía a mucha gente de su empleo”

Memoria. “La memoria es aquello que permanece, pero no debe permanecer estática y, por tanto, muerta. Ha de ser un dialogo a través del tiempo ... en el momento en que uno materializa esa memoria en palabras, se exterioriza respecto a nosotros ... La memoria no trata de demorarse en el pasado sino de volver a medirse con él, de dialogar con él y, por tanto, si uno de verdad dialoga, ha de correr el riesgo de dejarse sorprender por la respuesta”

Saber de uno mismo. “un texto famosísimo de Aristoteles que dice que cuando uno quiere verse, descubrirse, tiene que mirarse en un espejo. Pero cuando uno quiere de verdad saber quién es, debe mirarse en un amigo, porque el amigo es otro yo, un álter ego ... esto tiene mucho que ver ... con la elaboración viva del recuerdo”

Vigilancia práctica. “No basta con decir “sí se puede”; hay que decir a continuación “qué” se puede. Si no, estaremos inmersos en un posibilismo abstracto ... ya que nos estamos refiriendo a la bondad y a la praxis, una pequeña cita (Kant) “los hombres son, por lo general, mientras más civilizados más farsantes. El hombre toma la apariencia y la eticidad, pero en el fondo nos engañan con esa apariencia. De todas formas, dejemos que desempeñe ese papel, porque en el fondo, al tener que decir que hay que ser buenos y justos, están aceptando algo que, aunque ellos no lo hagan, está muy bien tener que decir, porque el lenguaje despierta””

Sociedad de consumo. “La sociedad de consumo ha producido también bienes que suelen ser útiles, naturalmente. Pero ha producido también un montón de inutilidades que son producto de una falsificación de las necesidades humanas. Ya lo decía Epicuro: hay cosas naturales y necesarias y otras que no son ni lo uno ni lo otro, y precisamente la sociedad de consumo es la creación de la no naturalidad necesitante”

Libertad de pensamiento. “Los seres humanos somos lenguaje, somos dialogo, necesitamos comunicarnos y pensar el lenguaje ... ¿de qué nos vale tener todos esos medios de comunicación a nuestra disposición, que son utilísimos e importantísimos, si no sabemos usarlos o solo los usamos para decir majaderías o transmitir consignas políticas o publicitarias que no hemos pensado ni reelaborado en nuestra mente, que solo nos limitamos a repetir”. Esto es terrible, y vuelvo a la educación, a la necesidad de que en la escuela enseñemos a los niños a pensar por sí mismos”

Posibilidad. “... el mundo no es la realidad, sino la posibilidad. La realidad es en la que estamos y de la que hay que partir, pero siempre hay que partir, no permanecer quieto en ella, y una de las vías fundamentales para esa partida es el lenguaje, la comunicación, los libros, la filosofía, el pensamiento”

Memoria histórica. “¿Cómo que no hay que remover el pasado? Esa actitud está en la base de la justificación de cualquier vileza del presente que tiene la seguridad de que nunca va a ser recordada”

Consciencia de nuestra realidad. “En nuestra sociedad, los medios de opinión, las corrientes de opinión, las redes sociales ... nos transmiten la sensación de que estamos satisfechos, saciados de comunicación y conocimiento porque existen las redes sociales y toda la parafernalia comunicativa, cuando en el fondo no es así. Tenemos Internet, cierto, pero no por ello ... somos más conscientes de nuestra realidad u nuestro mundo”

Radicalidad filosófica. Ir a la raíz de las cosas, es decir, formulando en términos de propuesta: “analicemos esta idea yendo hasta el fondo y comprobemos si se sostiene o no”, y midámonos de acuerdo con ella y seamos conscientes de que vivimos en una realidad que cambia y que nos exige”

Sentido común. “qué es el sentido común? ¿cómo pueden todos los políticos de nuestro país apelar al sentido común como razón de ser de todas sus decisiones? El sentido común puede ser la residencia de los mayores tópicos ideológicos de nuestra sociedad ... la crítica no es sentido común”

jueves, noviembre 05, 2015

Responsabilidad social corporativa e innovación con datos

Dos actos más de la Semana Europea de la Gestión Avanzada. El viernes de la semana pasada “Prioridades de las empresas vascas ante la RSE” organizado por Izaite y dinamizado por Alberto Etxeandia. Nos contaron sus experiencias ITP, Euskaltel, Laboralkutxa, Petronor y Metro Bilbao.

Después de escuchar el relato de estas organizaciones me quedé con la sensación de que todo lo que hacen las empresas bajo el paraguas de la RSC se puede etiquetar de dos modos: acciones que generan ahorros o acciones que previenen de riesgos futuros, lo cual es también otro modo de generar ahorros. Por ejemplo, trabajar con proveedores o establecer un mecanismo de prevención de comportamientos inadecuados de personas de muestra organización.

Pero hay un mensaje implícito distinto al hablar de “compromiso con la sociedad”. El modelo de Gestión Avanzada, en su elemento 4 “Sociedad” propone “Una organización avanzada debería velar por el desarrollo de las entidades que configuran el entorno social donde opera”.

Esto me lleva a plantear dos preguntas ¿en qué se parece y se diferencia una empresa de una ONG? ¿es la generación de empleo y recursos económicos, la aportación básica de las empresas a la sociedad?
___________________

El segundo acto ha sido esta semana en la Cámara de Comercio de Bilbao “Métodos de experimentación: innovación eficiente”. Aquí me volví a encontrar con Lourdes Pozueta, que ya nos había hablado en la primera jornada a la que acudí. Insistir en la idea de la importancia del método a la hora de trabajar con datos y también las posibilidades que ello nos ofrece, en este caso para el desarrollo de innovaciones en producto.

La base del método propuesto se resume en tres etapas:
  1. Medir bien, diseñar un plan de trabajo para valorar la precisión de los datos.
  2. Localizar los factores de variabilidad de un proceso.
  3. Realizar ensayos que permitan analizar, de un modo combinado, estos factores de variabilidad. Siempre con una cierta economía de ensayos.

A menudo parece que jugamos con los datos, los utilizamos para reforzar nuestras ideas previas, "demostrar" lo que previamente hemos determinado; y en menor medida para analizar una realidad. Tendré que repensar mis ideas previas y temores en el uso de datos.

lunes, noviembre 02, 2015

Entornos de aprendizaje

El viernes, reunión de aprendices para hablar de PLE (personal learning environment), lo que se podría traducir como los modos y maneras personales de aprender y los lugares donde aprendemos las cosas que nos interesan. Los elementos básicos del PLE, tal como se planteó, son tres: captar, gestionar y almacenar información interesante.

Aprendices es un foro para el mundo digital y en base a ello se habló principalmente de espacios digitales, entre otros, estos que yo anoté en mi cuaderno: feedly e inoreader para captar, zapier e ifttt para gestionar y evernote, diigo y delicious para almacenar. Julen escribio antes de la reunión.

No soy muy experto en temas digitales, con lo que la reunión fue para mí un excelente entorno de aprendizaje, lo cual agradezco sobremanera. Un entorno no digital, lo que me lleva a otra cuestión ¿cómo mejorar nuestros entornos de aprendizaje, combinando elementos, digamos, virtuales y carnales?

Parte de la respuesta estuvo en la propia reunión: nos juntamos para charlar de cualquier tema que nos apetece, como una cuadrilla de amigos que llevan tiempo sin verse, para luego trabajar un rato sobre la tarea que nos ocupa. Unas cuantas ideas nuevas entre la charla desordenada.

Un pequeño detalle final: en mi grupo de trabajo cuatro cuadernos de los de toda la vida y una sola tableta. Parece que se ha puesto de moda el boli y los garabatos.

jueves, octubre 29, 2015

Semanas y conceptos de gestión

El martes acudí al día del apartado "Clientes" en la "XXI Semana Europea de la Gestión Avanzada". En varias ocasiones se habló de “la semana de la calidad”, antigua denominación del evento. Tal vez, los conceptos muy amplios (“gestión avanzada”) pueden ser más difíciles de asimilar que los más concretos (“calidad”) y esto genera un cierto despiste.

Empecé mi mañana con una exposición organizada por Mondragon Goi Eskola Politeknikoa sobre “Lean SixSigma”. La tarea es resolver problemas y para ello tenemos datos. Partimos de sospechas (hipótesis) de las que deducimos caminos, que nos llevan a datos concretos. Una vez recopilados y analizados los datos, nos planteamos otras cuestiones ¿son completos? ¿qué nos dicen?. Un camino necesario para llegar a la solución de problemas complejos.

El análisis basado en datos me suele suscitar una reflexión: su capacidad limitada para adelantar el futuro, especialmente en ámbitos turbulentos y con un fuerte componente psico-social (¿Se puede adelantar el futuro de la economía a partir de datos?). Si es cierto que los datos son muy potentes para entender algo que ya ha sucedido y por tanto para actuar sobre esta base.

Pero suponiendo (acepto que es mucho suponer) que llegáramos a resolver todos los problemas detectados, ¿quedaría algo por hacer? ¿qué papel juegan los datos en este muy improbable supuesto?. Dicho de otro modo ¿la gestión de los clientes se debe limitar a la gestión de los problemas detectados? ¿qué nos aporta el análisis de datos, más allá del análisis y resolución de problemas?

La segunda exposición a la que acudí fue a la de dos centros de enseñanza, Begoñazpi y Carmelitas (Me perdí el Colegio Trueba, no se puede estar en dos sitios al mismo tiempo). Begoñazpi nos contó su experiencia con las visitas de las familias al interior del centro, a las aulas, la cocina, el comedor, etc. Dejar que aitas y amatxus vean como se trabaja en el aula es una tarea de mérito, de esas que se agradecen después de hacer pero que dan mucho miedo antes. Es lo que tiene salir de la zona de confort.

Carmelitas nos contó un programa para trabajar con alumnos/as de altas capacidades, tanto por su nivel intelectual, como por sus capacidades superiores o su motivación en algún campo concreto. A partir de esta identificación, desarrollan diversas actividades, específicamente para estos alumnos. Actividad interesante aunque me quedé con la duda de saber que sucede con quién no tiene ninguna capacidad superior, más aún porque esta selección no se realiza en base a datos sino a la percepción de los/as excelentes profesionales del centro.

En la jornada sobre clientes se habló también de gestión de riesgos en normas ISO, de 5S y de gestión multidireccional de clientes en servicios sociales. Al salir me fui pensando si no eran demasiadas materias para el elemento “Clientes”. Tal vez sea inevitable, porque todo tiene que ver con los clientes, pero también corremos el riesgo de generar un cierto despiste. Opino.

martes, octubre 13, 2015

Conversar antes de la conversación

Ayer estuve con un amigo que se va a un país africano, a desarrollar un proyecto empresarial. No doy muchos detalles por respeto a nuestra conversación privada, pero si me atrevo a comentar algo: “una de las cosas más importantes de mi trabajo allí es adaptarme a su ritmo de relación, iniciar las conversaciones con una conversación previa de cortesía”. La conversación antes de la conversación suele trata de temas banales (“¿qué tal el día?”, “parece que no hace calor”, “qué lugar más agradable”, etc.). Una conversación aparentemente vacía, que establece unos vínculos entre los interlocutores.

Me comentaba mi amigo que los europeos, en ocasiones, pretendemos entrar en materia sin preámbulos. El tiempo es oro y nos gusta ir al grano, hablar directamente de lo que nos moviliza. Pero los africanos no aceptan nuestra propuesta; si pretendemos saltarnos la conversación previa, simplemente no conversarán con nosotros.

Hacer bien estas conversaciones previas es tarea importante, también aquí. En algunos de los talleres de conversación ha surgido la cuestión “si pretendo entrar directamente en materia, la conversación no funciona, hay que hablar antes, del partido del domingo o de cualquier otra cuestión más o menos intrascendente”.

Las conversaciones iniciales de cortesía son sencillas si existe un conocimiento previo, pero ante una persona desconocida se nos plantea una dificultad añadida; tal vez le guste el futbol pero también cabe la posibilidad de que le horrorice. Recuerdo hace años una conversación con un vendedor de coches que inició la conversación despotricando de un determinado líder político sin que yo antes le hubiera dado ninguna pista sobre mis opiniones políticas. Lo que aquél vendedor presuponía un acercamiento fue para mí todo lo contrario.

Tal vez se podría hacer como el chiste del barbero “¿cómo quiere el señor el corte de pelo?, con conversación o sin conversación ... y en caso afirmativo ¿futbol, política, toros, etc.?”

Como no parece adecuado empezar así, parece que no queda más remedio que buscar indicios en lo que vemos (tal vez alguna insignia o algún detalle de su vestimenta o su entorno nos de pistas) y actuar con moderación. Siempre podemos hablar del tiempo.

miércoles, octubre 07, 2015

Tus preguntas son bienvenidas

Julen me pasa un interesante escrito de Javier Martínez Aldanondo sobre el arte de preguntar. Empieza el texto con una pregunta, en torno al proceso de innovación “¿cómo se logra que una persona que quiere innovar tenga ideas que antes no tenía?”. Y la respuesta vuelve a las preguntas: “el elemento más importante para aprender es hacerse las preguntas adecuadas”.

No siempre lo hacemos “... ya desde el colegio hacemos justo lo contrario. La trayectoria educativa se mide por la capacidad de responder preguntas que tú no te haces (las hacen tus profesores) y por tanto no te interesan ... si años después te vuelven a preguntar lo mismo que estudiaste en el colegio, no lo puedes responder porque se te olvidó. No se trata de mala memoria sino que tu nivel de compromiso con aquellas preguntas era mínimo ... los adultos somos respondedores profesionales ... “

A partir de aquí, Javier nos plantea un reto: reaprender a preguntar, volver a nuestra infancia, cuando éramos unas máquinas de hacer preguntas “muchas de ellas descabelladas”. Nos dice también “... la pregunta dice mucho acerca de la persona que la formula ... cada vez que preguntas, demuestras interés por un tema (dime qué preguntas y te diré qué te apasiona) y también por otras personas ... preguntar te hace creíble, te hace consciente de tu conocimiento ...”

Pienso yo que una pregunta es "descabellada" si quién la escucha la enjuicia de ese modo, porque quién la emite seguro que la cree oportuna. Tal vez un modo de reaprender es evitar nuestros juicios negativos sobre las preguntas ajenas; en vez de pensar “¡qué pregunta más descabellada!” podríamos pensar, por ejemplo “¿qué le lleva a preguntarme esto? ... ¿qué me surge a mí, qué se viene a mi mente, imagino, ...?”

Nos lo podríamos autoimponer como un ejercicio, del mismo modo que nos autoimponemos ir al gimnasio. Siempre que nos pregunten una “aparente” tontería, intentar darle la vuelta ¿cuál es la parte positiva de esto?. Y, en sentido inverso, hacer preguntas, no limitarnos por el miedo ajeno a ser enjuiciados negativamente por nuestros interlocutores. Romper nuestros pensamientos: “¡qué va a pensar de mi si le pregunto esto!”. Lo pongo entre exclamaciones, no entre interrogaciones, porque a menudo presuponemos la respuesta y, simplemente, nos callamos.

¿Tal vez podríamos crear el club de los preguntadores, con un pin que nos identifique en la solapa: “tus preguntas son bienvenidas”?

viernes, septiembre 25, 2015

Animales rumiantes y “despuestas”

Las conversaciones tienen a menudo una “post conversación interna”, todo lo que viene a nuestra mente una vez que la conversación externa ha finalizado. A menudo somos animales rumiantes, que digerimos nuestras conversaciones en dos etapas, recordando lo que la otra persona nos dijo, lo que nosotros dijimos, las emociones que todo ello nos suscitó y las consecuencias de la conversación mantenida. Si la conversación es importante, puede que la tarea de “rumiado” sea larga, hasta en ocasiones casi eterna.

Ayer a la tarde estaba oyendo la radio (Carles Francino en la SER) y hablaban, en una sección de definiciones imposibles, de la “despuesta”, esa respuesta genial que se nos ocurre tarde, cuando la conversación ya ha terminado. Un comentario brillante, que tal vez nos habría ayudado en la conversación y que no surgió porque no nos atrevimos o vino tarde a nuestra mente, cuando el momento ya había pasado.

¿Qué podemos hacer con la “despuesta”?, ¿llamar a la persona o mandarle un email? ¿o guardar para futuras conversaciones?. Mi opinión es que no, lo mejor olvidarla, las conversaciones futuras serán otras, distintas. Las mejores conversaciones son a menudo las menos planificadas, las más imprevistas.

Es difícil dejar de ser un animal rumiante, pero tal vez merezca la pena intentarlo, opino. Se puede conversar sobre ello.

lunes, septiembre 14, 2015

Cómo el diálogo puede transformar tu vida (T. Zeldin)

Este libro cayó en mis manos por Enrique hace ya un tiempo. Ahora, con el verano, lo he releído con más de atención. Escribo esto leyendo mi cuaderno de notas.

Amor en la pareja. La conversación cambia las formas de ver el mundo y los modos de
conversación han evolucionado a lo largo del tiempo. El cine y la literatura nos han mostrado relaciones basadas en el amor inicial, pero la pareja en el tiempo se basa en la capacidad de conversar. Tenemos que crear nuevos modelos que nos ayuden a mejorar nuestros hábitos de conversación; necesitamos un nuevo cine, una nueva literatura.

Familia amplia. Las familias lo son porque son espacios de conversación. Una familia amplia obliga a conversar con cuñados, suegros, primos, ... personas de diferentes edades, niveles sociales, culturas. Comer en familia es algo parecido a un oficio religioso. Las familias que dejan de comer juntas dejan de ser una familia.

Diversidad. Incorporar nuevos invitados a la mesa es añadir nuevos ingredientes a la conversación. También incorporar nuevos alimentos, nuevas formas de prepararlos. Comer siempre lo mismo es una forma de romper la conversación. ¿De qué modo tratamos a las personas que nos desagradan? ¿las integramos o las excluimos?

Pasado y futuro. ¿Qué tipo de conversaciones tenemos? ¿estamos pensando en el pasado o miramos al futuro?

Conversar en el trabajo. Antes decíamos “trabaja más y habla menos” pero eso ahora es inconcebible; cada vez es más importante hablar en el trabajo a pesar de que somos cada vez más especialistas, más expertos en áreas concretas y eso dificulta la conversación. Es necesario equilibrar la especialización, inventar nuevos modos de trabajo, ser generalistas, aprender los lenguajes de personas diferentes. Adaptar la tarea a las personas y no al revés; algo así ya se hizo en el Renacimiento.

Perder el tiempo en la conversación. El tendero de un bazar oriental te invita a tomar un té y no le importa perder el tiempo. Esto puede ser visto como “improductivo” pero no desde un punto de vista social. Lo mismo pasaba en los vagones de tercera clase de los trenes antiguos, donde la gente reía y conversaba mientras en primera clase se parapetaban detrás del periódico (pienso yo que ahora vamos todos en primera). ¿Cómo son nuestros espacios? ¿nos ayudan para la conversación?

Conversaciones en la frontera. Hoy en día es cada vez más necesaria la conversación entre civilizaciones, un nuevo tipo de conversaciones, con el objetivo de emprender y también consciente de la posibilidad de fracaso.

Acabo copiando de modo literal un párrafo:

“La conclusión que extraigo de la historia de la tecnología es que en su conjunto ha conseguido enfrentarse al fracaso de una manera mucho más sensible de lo que hemos hecho en la vida política o privada, quizás porque el fracaso es el problema central para los ingenieros. Saben que es imposible crear una avión que no pueda caerse”

lunes, septiembre 07, 2015

Nuevos talleres de conversación y balance de los pasados

Este mes de septiembre dos propuestas para trabajar sobre el modo como conversamos en general y con los clientes en particular. La primera en Bilbao, “Generación de propuestas innovadoras a través de procesos de conversación con clientes”, de Euskalit con tres sesiones a partir del día 22 (las otras sesiones en octubre y noviembre) y la segunda en Mondragón “Conversaciones eficaces con los clientes” en una única sesión el día 24, organizada por Mondragon Unibertsitatea.

Ya ha pasado un tiempo desde el primer taller de conversaciones con clientes, en junio 2014. Desde entonces cuatro talleres abiertos y tres talleres “in company”, que dan para sacar algunas conclusiones. La que más se repite es la buena valoración de la grabación en video, verse a uno mismo/a para descubrir una parte de nuestro lado oscuro. Es un ejercicio interesante, salir del ser que somos para convertirnos un observador que ve y valora a alguien “ajeno”. Rafael Echeverría habla de que uno de los desafíos de nuestra vida es “descubrir” quienes somos y qué es “realmente” lo que queremos a través de un proceso de “autodescubrimiento” (Ontología del lenguaje, pág.347).

Los talleres son también una experiencia muy positiva porque en cada ocasión surgen nuevas ideas con las que mejorar futuras ediciones. Un ejemplo, trabajar las condiciones de la grabación, con un cliente ficticio al que hay que entrenar para que la conversación sea lo más “real” posible. O valorar positivamente los silencios, momentos para repensar lo que estamos conversando con otros, en el espacio de nuestras conversaciones interiores.

También han sido muy enriquecedores algunas conversaciones mantenidas sobre los talleres con otras personas, como la mantenida con Mangel Manovell sobre, entre otras cosas, la posibilidad de utilizar diferentes tipos de juegos.

Tengo algunas dudas con los formatos de los talleres. Las sesiones de 5 horas en días laborables, utilizadas hasta ahora en los talleres abiertos, se me hacen cortas y difíciles de organizar. Estoy pensando en sesiones más largas de fin de semana. También sobre los importes de la matrícula para estos talleres abiertos (ahora 80 euros para sesiones de 5 horas), sobre todo pensando que en varios casos este tipo de talleres son la puerta de acceso para talleres “in company”

Quedo dispuesto a posibles conversaciones sobre todas estas cuestiones.

lunes, agosto 31, 2015

Conversar por un único canal

El otro día estuve con un amigo, marino jubilado, que me recordó el modo como se comunicaban antes por radio entre los barcos y con tierra. Un aparato con un botón; cuando lo apretabas, hablabas pero no podías escuchar a la otra persona. Decías “cambio”, soltabas el botón y la situación se invertía, solo podías escuchar pero no hablar. Al acabar la conversación una frase “cambio y corto” que recuerdo utilizábamos hace años, cuando los de mi generación éramos jovencitos.

Este sistema de comunicación, limitado, me sugiere un posible ejercicio que tal vez pueda ser de interés: conversar entre dos personas con un elemento físico (una pelota por ejemplo) que, como el botón de la antigua radio, da la capacidad de hablar y obliga a la persona que no lo tiene a permanecer en silencio, a escuchar. En un momento de la conversación la pelota cambia de manos lo que invierte los papeles.

El juego se complicaría obviamente si la conversación es entre más de dos ¿a quién le pasamos la pelota?

Surgen preguntas sobre el equilibrio de tiempos ¿alguien acapara la conversación?, sobre la postura en los momentos de escucha ¿estamos en la escucha o en la contestación? y las reacciones que puede provocar dejar en menos de nuestro interlocutor/a la decisión del momento en el que podemos hablar. Y también del momento en el que, obligatoriamente, debemos permanecer en la escucha.

Haré y comentaré alguna prueba con el juego. Veremos.

martes, agosto 25, 2015

Diferentes modos de escuchar

La semana pasada, jazz en la calle en Gorliz, organizado por Xurrut con Miguel Salvador trio (con Jon Piris y Hasier Oleaga). Una gozada de concierto ¿a pesar? de que el auditorio era muy poco silencioso y –aparentemente- no muy concentrado en la escucha: mesas de amigos charlando en torno a una cerveza y las excelentes pizzas del lugar, niños jugando a voz en grito, a pocos metros de donde sonaban la guitarra de Miguel, el contrabajo de Jon y la batería de Hasier.

Pongo “a pesar” en cursiva y entre interrogaciones después de leer “Escucha, una historia del oído melómano” de Peter Szendy (Ed. Paidós de Música). Lectura veraniega recomendada por Alfonso Vazquez, que tal vez se acordó de mi porque conoce de mi interés por las conversaciones, porque soy muy aficionado a escuchar (y practicar) música o –probablemente- por los dos motivos. El libro se centra en la escucha musical aunque es también muy interesante en clave de conversaciones.

En la primera parte Szendy realiza un recorrido histórico de la música desde la perspectiva de los “escuchantes”. Nos propone viajar el tiempo unos siglos atrás y escuchar a músicos que interpretaban en directo sus propias composiciones con un objetivo básico de entretenimiento, tal como se desarrolló el concierto en Gorliz. La historia de la música, es básicamente el desarrollo de nuevas posibilidades de escucha: compositores que crean obras para otros músicos, músicos que interpretan las obras de estos, otros músicos que reinterpretan obras modificando elementos esenciales de la creación inicial, arreglistas de las obras de otros compositores, aparatos mecánicos (posteriormente electrónicos) que reproducen las músicas que otros han creado, DJ que utilizan estos aparatos reproductores para combinar y modificar las grabaciones, otras personas que utilizan músicas ajenas para usos diversos (radio, cine, música para bailar, de ambiente, etc.) Pensemos en alguien que ve (escucha) a través de internet una película en la que unos músicos de jazz improvisan sobre una obra de J.S. Bach.

Nuevas realidades con nuevos agentes e intereses, muchas veces en conflicto. En una parte, el libro más bien parece “literatura legal”. Un botón de muestra, el proceso legal contra Alexandre François Debain por construir en 1846 el “antifonal”, un aparato con tablillas y clavos accionado con una manivela que reproducía, entre otras piezas, arias de “I vespri siciliani” de Verdi, proceso iniciado por los hermanos Escudier, propietarios de los derechos de esta obra. Otro botón, el intento fallido de la compañía estadounidense “Harley Davidson” de registrar el sonido de sus motores, cuando acudió en 1994 a la oficina de patentes y marcas de Estados Unidos.

A partir de este análisis histórico, Szendy analiza los diferentes modos de escuchar, desde la persona experta que acude a un concierto con la partitura de la obra a interpretar hasta quién escucha sin prestar atención una música de ambiente en -por ejemplo- una sala de espera. Plantea la diferencia entre escucha experta “estructural” y escucha intermitente “de entretenimiento” y nos recuerda que la música nació precisamente con esta segunda función, entretener. La obra como tal, como realidad en sí, es una creación posterior.

Sobre esta distinción, nos plantea una pregunta:
¿los oyentes disolutos son siempre y necesariamente sordos, musicalmente hablando? ¿no hay también una parte de sordera (acaso mayor de lo que podríamos sospechar) en la plenitud, en la totalidad a la que apela la escucha estructural?
La escucha estructural requiere de unos conocimientos previos por parte del oyente. Este requisito complica el proceso, dado que cada vez somos más especialistas de ámbitos concretos y, como consecuencia, desconocedores de otros ámbitos de conocimiento. En la mayor parte de los casos escuchamos (música) sin tener un conocimiento previo suficiente para un análisis estructural. Lo cual no anula en absoluto el valor de la escucha, simplemente le cambia el sentido: lo importante no es descifrar lo que el autor ha querido transmitir sino entender las emociones y pensamientos que la escucha provoca en el oyente/escuchante.

La reflexión es igualmente válida para el ámbito de las conversaciones. En qué medida, cuando conversamos, realizamos una escucha estructural de lo manifestado por nuestros interlocutores/as o simplemente entramos en un “espacio de entretenimiento” del que obtenemos unos resultados diferentes de los inicialmente imaginados por nuestros interlocutores y por nosotros mismos.

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