jueves, noviembre 27, 2008

Los intentos ¿fallidos?



Seguimos debatiendo en el foro Hobest; hablamos del concepto de trabajo “interdependiente”, frente al trabajo “dependiente”. Hay también trabajo “independiente”, pero es mejor y más divertido actuar en compañía. En compañía si, pero no sometidos.

La semana pasada hablamos de los modos de avance de las organizaciones hacia modelos basados en el conocimiento. Flota un cierto sentimiento de duda sobre las posibilidades de transformación. Julen nos propone su visión:
Yo no creo que debamos "transformar" tomando como partida la empresa actual. Hay que cambiar las condiciones de partida para que las personas juguemos a calzón quitado … necesitamos aire fresco, un punto de partida diferente, un reparto del poder no tan insultantemente asimétrico como el que se da en la empresa actual.
Los grandes mastodontes empresariales dejan poco margen para la creatividad, por mucho que haya dentro de ellos personas con ganas. Hay más posibilidades en los bordes, en las pequeñas empresas, en lo nuevo que surge, en el trabajo de las personas independientes.

Alfonso le contesta a Julen incorporando a Berlanga:

El problema no está en cambiar –por cambiar- las organizaciones ni en modular a las personas para que sean diferentes, ya que esto es una “tarea” sin solución posible. Si Berlanga conociese este “nuestro mundillo”, seguro que se le ocurriría hacer una película en la que el “coach” de moda imparte cursillos a las prostitutas del pueblo para que, además de alquilar su cuerpo al cliente, le den deseo y pasión, “automotivándose” para ello, y así incrementen su “competitividad”.
El tema de fondo está en la mutación histórica que se ha producido en la esencia del trabajo y las brutales contradicciones … entre el trabajo cognitivo en expansión y las relaciones de producción ...
A mi me siguen quedando dudas razonables sobre las posibilidades de cambio dentro de la empresa actual. Escribo por mi propia experiencia: mi papel es casi nulo. Pero no quiero tachar el adverbio porque creo que siempre que se intenta algo se producen cambios, aunque no sean exactamente los esperados.

Hace unos días conversaba con el gerente de una pyme muy relacionada con el sector de la construcción y en situación muy delicada, con amenaza de cierre. Me hablaba de un proceso de coaching personal que le había cambiado algunas ideas. Las había aplicado, aceptando el principio de que todos trabajamos de modo interdependiente pero nadie es dependiente directo de nadie; todos sabemos lo que tenemos que hacer. Mi amigo gerente vive el cambio con esperanza; cree que de no haberlo realizado el cierre era obligado.

Espero que a mi amigo le vaya bien, pero los intentos de cambio acaban a veces como el “rosario de la Aurora”, con “jefes” más convencidos aún de que la única solución es la dependencia, el control. Pero aún en esos casos creo que el intento no es inútil porque muy probablemente las personas que han vivido el intento habrán dado un paso adelante en su pensamiento, en relación con lo que pueden hacer dentro en la empresa, o fuera de ella.

Siguiendo con el ejemplo de Alfonso, se me ocurren varios posibles finales para la peli de Berlanga: las prostitutas se hacen psicólogas y montan un taller de emociones; o motan una consultora y van a las empresas a hacer coaching, que un poco de buen sexo en el trabajo no viene mal; o deciden que mejor se dedican a otra cosa. No imagino que hagan exactamente lo mismo que antes de la visita del coach. Yo por decir que no quede.

martes, noviembre 25, 2008

¿Medir o conversar?







Esta mañana he estado en un acto organizado dentro de la Semana de Europea de la Calidad de Euskalit para presentar el libro "Guía para la Medición Directa de la Satisfacción de los Clientes", editado por los Centros de Excelencia. Se presentaban también dos casos de sistema de medición de la satisfaccion: Ayuntamiento de Getxo y Puerto de Gijon. El libro describe quince casos concretos, incluídos estos dos.

Más de lo mismo, cuestionarios, escalas de valoración, fiabilidad y validez de los cuestionarios, plan de muestreo, error muestral, recogida de datos y análisis de datos. A uno le queda la sensación de que seguimos dando vuelta a lo mismo después de un montón de años.

No voy a repetir mis opiniones sobre las encuestas, porque está ya todo escrito (1, 2, 3, 4, ...). Solo la esperanza de que una encuesta sea un primer paso para entender mejor a los clientes, hablando con ellos sin limitaciones. Es lo que nos contaban desde Gijón; ahora las encuestas las hacen ellos directamente y son un buen pretexto para conversar.

viernes, noviembre 21, 2008

Ainhoa Arteta


Ayer entrevistaron por la radio a Ainhoa Arteta. Que una persona del pueblo de al lado sea famosa en el mundo entero es una gozada, a todos nos toca un poquito de prestigio. Ha editado un nuevo disco "La Vida" que no es ópera sino canciones.

He de reconocer que soy fan de Ainhoa, totalmente convencido. Y lo soy porque es una excelente persona además de una muy buena cantante. Yo coincidí con ella en Abao, yo en el coro y ella cantando Pescador de Perlas, Manon, Diálogo de Carmelitas y Turandot. L@s div@s son casi siempre personas escondidas para los cantantes corales; nosotros las vemos con envidia y ell@s pasan de nosotros.

Ainhoa rompe el molde, cuenta chistes en los corrillos, habla con todo el mundo y se cabrea en publico con ella misma cuando algo no sale bien (¡se cabrea con ella!, porque echar broncas a los demás no es tan extraño). Eso último sucedió el día del estreno de Manon, ópera que ella cantaba por primera vez y que por motivos de programación se estreno con pocos ensayos.

Gracias Ainhoa

PD: Dejo aquí una pequeña muesta televisiva:

miércoles, noviembre 19, 2008

Miedo al cambio


Seguimos debatiendo ideas en el foro Hobest. Una cuestión importante es determinar si esta crisis es una más, o el síntoma evidente de un cambio más profundo. Alfonso nos pasó la referencia de un artículo de Josep Ramoneda, publicado en El País, que se decanta por la segunda opción. “La crisis actual es, en cierto modo, el estallido final de un proceso de individualización”, acudimos al “desmontaje … de unas sociedades jerarquizadas … en que cada ciudadano tenía un puesto asignado casi de por vida”.

Estamos en cambio y hablamos de la transformación de las organizaciones: ¿que es exactamente esto? Transformar es conseguir organizaciones formadas por personas con ganas de funcionar en clave de conocimiento. Julen nos propone que no hay un camino único, pero parece claro el objetivo: generar valor en clave de conocimiento. A nuestros hijos ya no les valdrá aquello de estudiar mucho para aprobar una oposición, tendrán que romperse el coco. Y con un poco de suerte pueden llegar a pensar que les ha tocado la lotería por no haber aprobado la oposición, que uno pasa muchas horas en el trabajo para no hacer nada interesante.

Entramos en un nuevo escenario en el que hay muchas oportunidades para las personas que aceptan la falta de seguridades definitivas; pero también muchos temores. El mundo se divide en personas temerosas y personas confiadas; las temerosas no quieren saber nada de lo nuevo que viene. Su tarea es poner barreras por todos los lugares: barreras para no perder privilegios, para que no vengan a mi ciudad los pobres del sur, para que nada se rompa, todo siga igual. La religión se ha pasado toda la vida alimentando nuestros temores y eso no se cambia de modo sencillo.

Si los caminos para transformar son muchos, creo que uno de ellos tiene que ver con la disolución de los temores frente a lo nuevo que viene, aceptar que lo que perdemos es menos que lo que ganamos. Esta es una percepción evidente para muchas de las personas que han dado el salto, pero no tanto para las que están en vías de darlo, sobre todo si el cambio se produce de un modo forzado. Intuyo que una parte de las personas que ahora se van a quedar en paro, saliendo de organizaciones muy jerarquizadas, poco creativas, pensarán dentro de unos meses que han mejorado con el cambio, aunque ahora no son capaces ni siquiera de imaginarlo.

PD: Unai va en el puesto 20, están ya cerca del ecuador

domingo, noviembre 09, 2008

¡Aupa Unai!



Comenta Alfonso que las ganas de hacer no se compran con dinero, y que sin ganas hay poco que hacer. Creo que una de las tareas que nos podemos proponer es identificar a las personas que tienen ganas de hacer lo que a la mayoría no nos apetece. Como un catálogo laico de “vidas ejemplares”; más que nada porque si los que hacen el cabra siempre encuentran algún emulador, tal vez nos animemos a emular en positivo.


Yo propongo a Unai Basurko, por sus ganas de meterse solo en un barco durante un montón de días asumiendo el riesgo de perderse por el camino. Ya se que tiene un montón de apoyos, que hace lo que le gusta, que es más duro trabajar en la mina, … pero me merece un gran respeto.


¡Aupa Unai!


miércoles, noviembre 05, 2008

La ventana de Alfonso (Vázquez)



















Hay días en los que nos ponemos de acuerdo para compartir un mismo pensamiento. El 22 de diciembre por la tarde es el día de la salud, el 31 de diciembre de las buenas intenciones. Hoy es -gracias a un resultado electoral- el día de la esperanza; puede que algo nuevo empiece hoy en este delicado planeta azul, aunque nada empieza ni acaba realmente en un único día.

Ayer estuve en una reunión organizada por Hobest para hablar del último libro de Alfonso Vázquez “Estrategias de la Imaginación”, de sus propuestas y sus consecuencias. Alfonso lleva años hablando y escribiendo de las cosas nuevas que vienen. Conozco a Alfonso desde hace veinte años y siempre me abre una ventana, una oportunidad de acceder a lo que viene.

Escribe Alfonso sobre el cambio de prioridades que define nuestro mundo. Las empresas ya no dependen del capital, dependen del conocimiento de las personas, de sus ganas de aportar. Pero las ganas no se compran con dinero. Si no nos apetece, nos podemos tirar toda la vida poniendo cara de tontos; muy buenos trabajadores pero tontos.

¿Cómo crear entonces las condiciones para que las personas pongan en marcha su potencial, como hacer para que el personal tenga ganas de aportar?. Alfonso lo deja muy claro, no se pueden hacer trampas. Por ejemplo, pagar más, o mejorar las condiciones laborales, o declarar que los trabajadores son muy valiosos son acciones que pueden ayudar pero no son en si mismas suficientes. El requisito es la sensación de propiedad, nos apetece aportar cuando nos sentimos propietarios de nuestro trabajo, cuando no viene otra persona a marcarnos el camino.

La conclusión es drástica, el mundo de trabajo está basado en organizaciones en las que unos tienen la propiedad y el mando, y otros realizan la tarea. Las cooperativas distribuyen la propiedad entre sus trabajadores pero muchas de ellas mantienen la línea jerárquica en la distribución de lo que hay que hacer. El nuevo modelo exige ambos requisitos, ser propietario de mi actividad y de mi tarea. Los modelos que no cumplen estos requisitos están en vías de extinción.

Claro que la aplicación de estas ideas es diferente en función del tipo de actividad. No es lo mismo un hospital, o una empresa de forja, que un profesional del mundo de la consultoría o del arte. ¿Es posible expandir este modelo?. Algunos ejemplos de que es posible se mencionaron en la reunión.

A mi solo se me ocurren dos posibles caminos: aplicárnoslo a nosotros mismos y contar a los demás lo que hacemos.

Si nos creemos el modelo tenemos que empezar por ponerlo en práctica en nuestro trabajo. Si estamos en la cabeza, dando oportunidades para que las personas sean propietarias. Si no lo estamos, buscando trabajos en los que sea posible esta propiedad. Tal vez no nos apetezca y prefiramos dedicar nuestras energías a otras actividades fuera del horario laboral, pero es una pena porque el trabajo es casi la mitad de nuestra vida consciente.

Y después contarlo; unas ventanas abren otras. El paso da miedo y no todas las experiencias tienen éxito pero si fracasamos nos quedará el consuelo de que seremos más sábios.


PD Julen también estuvo y ha escrito sobre ello.

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