Deseos para el 17: escuchar a las personas desorientadas
Hace unos días acudí una vez más a la jornada de fin de año de GSR. Este año el contenido principal fue una charla de Jordi Llecha sobre “La escucha generativa, una aproximación a la validación”. El auditorio, las trabajadoras de GSR, mayoría femenina abrumadora, cuidadoras de personas mayores, muchas de estas desorientadas.
Jordi hizo un primer ejercicio para entrar en materia: hacerse pasar un mayor desorientado, con gorra y bastón, y representar algo que sucede en los centros de mayores: alguien se levanta de la silla y dice que se quiere ir a su casa. Las respuestas que a menudo ofrecemos desde nuestra pobre escucha son explicar que no se puede ir, engañar, seguir la corriente, distraer … y también ordenar, amenazar, chantajear, manifestar indiferencia, burlar, contener.
La propuesta de Jordi es la “validación”, una manera nueva de mirar el “cuidar” a las personas mayores desorientadas. Basada en la terapia desarrollada por Naomi Feil en los años 60/70, parte de una pregunta ¿Desde dónde conversamos/escuchamos a otra persona?, ¿desde nuestras preocupaciones y nuestras tareas?, ¿o desde los datos que se nos plantean en la conversación?, ¿o desde la persona a quién escuchamos? Solo es posible una escucha eficaz si “nos ponemos” en el otro, en su contexto, sus emociones y nos abstraemos por un momento de nosotros mismos.
A nivel práctico, “estar en el otro” requiere de dos acciones muy concretas y no especialmente complejas: primero buscar el contacto visual a la misma altura, conectar a través de la mirada, y después preguntar sin llevar la contraria con la intención de asomarnos a su mundo interior, acercarnos a sus emociones y a sus necesidades, a los hechos pasados que están detrás de su comportamiento actual. Fue muy interesante un video de una conversación real en la que una mujer se quejaba del muñeco que había perdido cuando en el fondo nos estaba hablando del hijo que perdió, representado simbólicamente en el muñeco.
Volviendo a los deseos para el 17, me pregunto por el grado de desorientación de las personas con las que converso habitualmente y por el mío propio, que algún punto de despiste seguro que tengo. Intuyo que la propuesta de Jordi es también interesante para nuestras conversaciones, levemente desorientadas; basta ver el tipo de conversaciones que circulan habitualmente por los mundos reales y digitales.
En resumen, ¡lanzo mis deseos de buenas escuchas generativas para el 2017!
Jordi hizo un primer ejercicio para entrar en materia: hacerse pasar un mayor desorientado, con gorra y bastón, y representar algo que sucede en los centros de mayores: alguien se levanta de la silla y dice que se quiere ir a su casa. Las respuestas que a menudo ofrecemos desde nuestra pobre escucha son explicar que no se puede ir, engañar, seguir la corriente, distraer … y también ordenar, amenazar, chantajear, manifestar indiferencia, burlar, contener.
La propuesta de Jordi es la “validación”, una manera nueva de mirar el “cuidar” a las personas mayores desorientadas. Basada en la terapia desarrollada por Naomi Feil en los años 60/70, parte de una pregunta ¿Desde dónde conversamos/escuchamos a otra persona?, ¿desde nuestras preocupaciones y nuestras tareas?, ¿o desde los datos que se nos plantean en la conversación?, ¿o desde la persona a quién escuchamos? Solo es posible una escucha eficaz si “nos ponemos” en el otro, en su contexto, sus emociones y nos abstraemos por un momento de nosotros mismos.
A nivel práctico, “estar en el otro” requiere de dos acciones muy concretas y no especialmente complejas: primero buscar el contacto visual a la misma altura, conectar a través de la mirada, y después preguntar sin llevar la contraria con la intención de asomarnos a su mundo interior, acercarnos a sus emociones y a sus necesidades, a los hechos pasados que están detrás de su comportamiento actual. Fue muy interesante un video de una conversación real en la que una mujer se quejaba del muñeco que había perdido cuando en el fondo nos estaba hablando del hijo que perdió, representado simbólicamente en el muñeco.
Volviendo a los deseos para el 17, me pregunto por el grado de desorientación de las personas con las que converso habitualmente y por el mío propio, que algún punto de despiste seguro que tengo. Intuyo que la propuesta de Jordi es también interesante para nuestras conversaciones, levemente desorientadas; basta ver el tipo de conversaciones que circulan habitualmente por los mundos reales y digitales.
En resumen, ¡lanzo mis deseos de buenas escuchas generativas para el 2017!