lunes, noviembre 24, 2014

Sobre máquinas y emprendedores

El pasado sábado estuve en Getxo Blog, una reunión de blogeros que se organiza todo los años gracias a la energía de algunos de ellos, como Mikel Agirregabiria. Agradecer a Isabel Sanchez que me lo recordara, que ha sido muy interesante.

Compartíamos el hecho de tener blogs pero poco más, un grupo muy heterogéneo. Había frikis, niños grandes traviesos, dedicados a meter el dedo en el la pantalla y las ideas ajenas. También gente del mundo de la gastronomía y del aceite. Han tenido el detallazo de montar una degustación de aceite, con unas muestras de diferentes tipos, entre ellos un aceite recién exprimido, hace solo unos pocos días. Hoy he entendido el motivo por el que las aceitunas maduras cogidas del árbol me sabían tan distintas del aceite al que estoy acostumbrado. También mujeres que cuentan y que se obligan a sí mismas al consenso (la mayoría no es suficiente). Y otras muy diversas tribus digitales...

Y gente del mundo de la educación. Me gustó mucho la ponencia de Sonia Prieto González y Teresa García Oviedo hablando de la importancia de trabajar los valores del emprendimiento en la escuela desde una edad temprana. Emprender, aceptar riesgos, desarrollar proyectos, no es solo una tarea de jóvenes sin posibilidades de encontrar un trabajo por cuenta ajena; es una tarea de toda la sociedad.

Frente a esta idea, me resulto inquietante la presentación de Gorka Jakobe Palazio hablando de la internet de las cosas, un futuro lleno de máquinas inteligentes interconectadas que van a generar en 20 años una cifra de negocio (no la apunté) de no sé cuántos trillones de dólares.

Me quedé con dos preguntas que no pude formular. La primera, ¿cómo se calcula el valor de un negocio dentro de veinte años si los cálculos publicados para dentro de un año son tan poco certeros?. Y sobre todo, ¿qué aporta a nuestra capacidad de emprender, de desarrollar nuevos proyectos el hecho de que nuestro cubo de la basura tenga un chip que le decida por nosotros cómo clasificar nuestros detritus?. Como decía Groucho Marx, “que paren el mundo que me bajo”.

miércoles, noviembre 19, 2014

Conversar sobre las conversaciones (Ermua, 2 de diciembre)

El próximo 2 de diciembre (18:00) daré una conferencia en la Fundación Izarra de Ermua con el título “las conversaciones con los clientes como herramienta para la mejora y la innovación”.

La conversación es una tarea tan cotidiana que habitualmente no nos parece susceptible de ser mejorada ni que nos pueda aportar utilidades suplementarias a las que estamos acostumbrados.

Pero una buena conversación puede ser una excelente fuente de ideas. En esta clave, trabajar sobre el modo como conversamos, mejorar nuestras conversaciones se convierte en una importante herramienta para la mejora y la innovación.

En la conferencia analizaremos las características y posibilidades de las conversaciones con clientes, desde su preparación previa hasta el cierre de las mismas, con el objetivo de identificar propuestas concretas que nos ayuden a incrementar los resultados que obtenemos de nuestras conversaciones con los clientes.

Espero que, más que un monólogo por mi parte, sea sobre todo un buen espacio para la conversación.

miércoles, noviembre 05, 2014

Las conversaciones de Eneko

Ayer interesante visita al restaurante Azurmendi, en un acto organizado por Izaite en el marco de la Semana Europea de la Gestión Avanzada. Eneko Atxa nos describió con detalle su trayectoria y su proyecto. Impresiona la primera, sobre todo pensando que Eneko es ahora un inquieto “jovencito” de 37 años que no quería estudiar.

Más impresiona su proyecto, con el que ha conseguido que nos visiten y que gasten sus buenos dineros entre nosotros personas de lejanos países. Su intención, hacer que nuestra cocina sea tan popular en el mundo como la italiana. Imagino su proyecto futuro tan utópico como lo que hace unos años podría ser imaginada su realidad actual en Larrabetxu. ¡Ánimo!

Entrando en mis temas, me gustó mucho la forma como se relacionan con los clientes en el restaurante. Antes de sentarse a comer les dan un paseo por el jardín, acompañados por una persona del equipo, un paseo que invita a la conversación gracias a la cual se hacen una idea de sus particularidades. Algunas prefieren mantenerse en silencio, con lo que “sabemos que hay que mantener una mayor distancia” nos contaba Eneko, pero otras prefieren romper la separación habitual entre quién sirve y quién degusta.

Conversar, romper la distancia con los clientes para conocerles mejor y con ello mejorar nuestra respuesta. Una idea potente que en ocasiones puede ser difícil de llevar a la práctica. Pero Eneko nos hace ver que no, que todo es cuestión de dar una vuelta a lo que hacemos, repensar lo que ya está muy pensado.

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