Pedalear y amasar son dos actividades que no están habitualmente presentes en nuestra vida. El pan nos viene a casa ya amasado y cocido; y los coches, autobuses y trenes nos evitan tener que pedalear. Pero cuando uno viaja por el mundo, a países con otras condiciones de vida, se da cuenta que son dos actividades muy habituales.
El pasado viernes 25 me acorde de ello en una sesión organizada por
Arbela con el título “Desarrollo de nuevos productos, como herramienta para la competitividad”. Aitor Alberdi, de
Kautenik, nos habló de las mesas de cocreación en las que personas con diferentes perfiles se juntan con el objetivo común de amasar, de dar forma a un nuevo producto. Cada uno, desde su experiencia como diseñador, distribuidor, usuario, cliente final, etc., aporta una visión complementaria.
Nos hablaron de la importancia de incluir en estas mesas a personas con un muy buen conocimiento del mercado objetivo, lo cual puede ser relativamente fácil o más complejo si lo que se pretende es diseñar un nuevo producto para la exportación a un mercado donde no se tiene experiencia.
Después, Aitzol Fernández de
Evolo nos habló de pedalear. Aitzol empezó preguntando por la actividad de los asistentes y a la vista de que ninguno éramos promotores de nuevos negocios, reivindico esta figura. Si todos somos consultores o funcionarios, algo falla en la sociedad.
Evolo desarrolla soluciones de movilidad, aunque yo más bien diría en lenguaje de la calle que hace bicicletas para el transporte de mercancías y personas por nuestras ciudades. El 60% de los “expertos” con los que habló de su idea, en los momentos de amasado inicial, le anunciaron que no iría a ningún sitio, con lo que se demuestra que, para pedalear, es más potente la energía de los promotores que la experiencia de los expertos.
Vamos, que tal vez en esta nueva vida que nos toca vivir tengamos que recuperar viejas habilidades de nuestros abuelos y aprender de nuevo a amasar y pedalear.