Pagamento
Este fin de semana me han invitado a un curioso acto, una charla organizada en Bilbao por la ONG Tierra Única, con la presencia de cuatro personas de las comunidades indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta y de la Amazonía, en Colombia.
Cuatro personas muy diferentes, la piel (morena), la ropa (blanca), la forma de hablar ... y sobre todo la forma de entender la vida.
Se han acercado hasta nosotros por su particular campaña de marketing. Sus objetivos son darse a conocer, buscar recursos para continuar su vida y compartir su forma de entender las cuestiones esenciales de la existencia.
En mi recuerdo de lo escuchado, y desde mi escepticismo ante todo lo que no acabo de entender con mi mente cartesiana, ellos hablan de las piedras, el aire, los minerales, el agua, las montañas,... toda la naturaleza en su conjunto. Su dios está en estos elementos y en cada una de las personas que sobre esa tierra vivimos. No hay que buscar ningún dios fuera de nosotros mismos.
Hablan también de religiones complementarias, del respeto de las diferentes creencias en general y de las creencias religiosas en particular. Comentan con horror la conquista de América, pretexto para arrasar todas las creencias que en América existían.
Me he quedado con un concepto: pagamento. Un pagamento es un rito en el que se pide permiso a la naturaleza para retirar los recursos que de ella necesitamos. Podemos cortar un árbol, coger minerales, recolectar plantas, ... pero para ello debemos previamente pedir permiso. Y comprometernos a hacer lo necesario para que esos recursos se regeneren.
Curioso concepto. Tal vez nos sirva para hacer un ejercicio de reflexión sobre el modo en que actuamos en nuestro mundo, llamado civilizado. No tengo muy claro si es posible esta reflexión, y hasta donde puede llegar, pero intuyo que puede merecer la pena pararse a pensar si mejora en algo nuestra existencia por pedir permiso a los demás por el resultado de nuestras acciones.