Cooperativistas del siglo XXI
Mucho tiempo sin escribir en este blog; algunos momentos con ganas de hacerlo pero he preferido no escribir sin tenerlo claro. Los últimos escritos, sobre los talleres de conversación que finalmente no han funcionado; tendré que darle la razón a una amiga que me dijo que todo el mundo cree saber conversar y no siente la necesidad de mejorar, independientemente de su capacidad.
El motivo que me despierta de mi letargo bloguero es un acto organizado el pasado viernes en Bilbao por Arizmendiarrietaren Lagunak Elkartea, la asociación de amigos de José María Arizmendiarrieta, fundador del grupo MONDRAGON con el título de “Cooperativistas del siglo XXI”. Varias ponencias cortas: Aitzol Loyola de Lanki, Harry Robbins de Outlanding, Goiatz Oiartzabal de Fagor Arrasate, Iñaki Roa de GSR, Beñat Irasuegui de Olatu, Joanes Roso de Tazebaez, Iñaki Etxezarreta de Arizmendi Ikastola y la experiencia de Fil a l’agulla, comentada en ausencia de Neus Andreu, que estaba en el programa pero no pudo acudir.
Cuando pienso en la figura de Arizmendiarrieta, me viene el recuerdo de mi época de cooperativista y de los frecuentes contactos posteriores con este mundo, que resumiría como la cooperación en el trabajo industrial. El grupo actual tiene ámbitos de actividad diversos pero sigue siendo una realidad muy industrial.
La sesión del pasado viernes me gusto especialmente porque se habló mucho de “otras cooperaciones”: cooperación social, cooperativismo menos empresarial, cooperación entre cooperativas, cooperación en los barrios, educación en la escuela para la cooperación, cooperación entre diferentes, adaptación a las condiciones de cada lugar. En resumen, analizar y dar respuestas a las necesidades globales de la población actual, más desde la cooperación y menos desde la competencia y no únicamente en el ámbito del trabajo.
La propuesta me pareció muy interesante y su concreción compleja. Vimos algunos ejemplos, pero me quedé con la sensación que queda mucha tarea pendiente. Pensando en esta dificultad, me acordé de una anécdota escuchada sobre Don José María en el momento de crear Caja Laboral; una decisión difícil de entender en aquel momento (“¿para qué necesitamos un banco si lo nuestro es hacer cocinas?”) pero que después se manifestó clave.
Tal vez ahora estemos también en otro momento de cambio importante, dificil de atisbar; nuevas oportunidades para la cooperación en las que es necesario confiar sin tener claro el camino.
El motivo que me despierta de mi letargo bloguero es un acto organizado el pasado viernes en Bilbao por Arizmendiarrietaren Lagunak Elkartea, la asociación de amigos de José María Arizmendiarrieta, fundador del grupo MONDRAGON con el título de “Cooperativistas del siglo XXI”. Varias ponencias cortas: Aitzol Loyola de Lanki, Harry Robbins de Outlanding, Goiatz Oiartzabal de Fagor Arrasate, Iñaki Roa de GSR, Beñat Irasuegui de Olatu, Joanes Roso de Tazebaez, Iñaki Etxezarreta de Arizmendi Ikastola y la experiencia de Fil a l’agulla, comentada en ausencia de Neus Andreu, que estaba en el programa pero no pudo acudir.
Cuando pienso en la figura de Arizmendiarrieta, me viene el recuerdo de mi época de cooperativista y de los frecuentes contactos posteriores con este mundo, que resumiría como la cooperación en el trabajo industrial. El grupo actual tiene ámbitos de actividad diversos pero sigue siendo una realidad muy industrial.
La sesión del pasado viernes me gusto especialmente porque se habló mucho de “otras cooperaciones”: cooperación social, cooperativismo menos empresarial, cooperación entre cooperativas, cooperación en los barrios, educación en la escuela para la cooperación, cooperación entre diferentes, adaptación a las condiciones de cada lugar. En resumen, analizar y dar respuestas a las necesidades globales de la población actual, más desde la cooperación y menos desde la competencia y no únicamente en el ámbito del trabajo.
La propuesta me pareció muy interesante y su concreción compleja. Vimos algunos ejemplos, pero me quedé con la sensación que queda mucha tarea pendiente. Pensando en esta dificultad, me acordé de una anécdota escuchada sobre Don José María en el momento de crear Caja Laboral; una decisión difícil de entender en aquel momento (“¿para qué necesitamos un banco si lo nuestro es hacer cocinas?”) pero que después se manifestó clave.
Tal vez ahora estemos también en otro momento de cambio importante, dificil de atisbar; nuevas oportunidades para la cooperación en las que es necesario confiar sin tener claro el camino.
2 comentarios:
Amigo Germán :
1º.-¡¡¡No importa, al menos a mí, que no insistas en tu amado slogan..., sobre los clientes.
2º.-Esta vez has dado en el clavo y con sentido crítico creativo; no lo digo por que yo sea "socio fundador de la Arizmendiarrieta".
3º.-Recibí la comunicación y el Programa de esos encuentros, pero no estoy para trotes...; mi "pila" ya no permite largos desplazamientos.
4º.- Sintonizo con tus comentarios jugosos sobre la renovación de El Cooperativismo: cooperación entre diferentes, adaptación a las condiciones de cada lugar. En resumen, analizar y dar respuestas a las necesidades globales de la población actual, más desde la cooperación y menos desde la competencia y no únicamente en el ámbito del trabajo.
5º.- Añado : ¡¡¡Aunque también!!! ¿O no?.
NB.: José Mª Arizmendi...era tuerto (ojo de cristal", pero veía muy bien con los ojos de Jesucristo : "todos somos hermanos,hijos de Dios. UN MANDAMIENTO OS DOY: QUE OS AMEIS UNOS A OTROS.
Hazme un favor. ¡¡¡SÉ FELIZ!!!. AMÉN.
Gracias JJ por tus comentarios.
Espero que esa pila te dure muchos años.
Amén pues
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