Alto rendimiento sin sufrimiento innecesario
Ayer a la mañana “presentación” de Azucena Vega del programa enfocado en “Construir Equipos para Transformar Organizaciones”, organizado por Bilbao Business Training School. Lo de “presentación” lo pongo entre comillas porque Azucena, en su calidad de bufona, anuncia una presentación en Power Point y nos saca tres matrioskas y un díabolo, todo muy analógico.
Habló del sufrimiento que se genera en las organizaciones y del carácter opcional de este sufrimiento. El mobbing, la falta de comunicación, los conflictos enquistados, el stress, la falta de reconocimiento, el absentismo que se deriva del mal funcionamiento de los equipos es un problema muy grave, tanto por el dolor personal generado como por los muchos millones de pérdidas.
Tengo la sensación de que, a menudo, vivimos el mal funcionamiento de los equipos como algo inevitable. Es como los atascos de tráfico o los constipados; hagas lo que hagas, no te librarás de conflictos e incomprensiones en el trabajo. Azucena no comparte esta visión: es posible y merece la pena trabajar por conseguir equipos de alto rendimiento sin sufrimiento innecesario.
Son muchos los motivos de su optimismo: los buenos equipos se equivocan menos que las personas (alguien lo ha estudiado, un 30% menos), incrementan el orgullo de pertenencia, la confianza, la capacidad de ayuda mutua, los resultados, la atención a los clientes, la capacidad de hacer, … son el eslabón entre las personas y las organizaciones.
Todo ello lo enmarca Azucena en el mundo de los sueños, ¿qué llevamos dentro de nuestra particular maleta mágica? ¿nos planteamos cambios intencionales o dejamos que la vida nos lleve? ¿en qué medida nuestra vida discurre por el pasado, el presente o el futuro?.....
Nos leyó un bello cuento sobre las herramientas del carpintero. La lija es áspera, el martillo no para de dar golpes, la garlopa no profundiza, los tornillos no paran de dar vueltas … pero gracias a todo ello es posible crear un mueble suave y sólido, bien afinado y con todas sus piezas bien amarradas entre sí.
Al final una pregunta interesante: ¿todos los equipos necesitan un líder o pueden funcionar como un grupo en el que todas las personas ejercen una dosis similar de liderazgo?. Según parece, los líderes son de algún modo necesarios, aunque a Azucena se le tuerza el gesto imaginando un mundo futuro donde todos/as seamos capaces de aportar dosis equivalentes de energía. Habrá que soñar.
El programa empieza el 4 de marzo; cinco viernes en jornada completa hasta el 24 de junio.
Dejo aquí el post escrito por Azucena después de la sesión.
Habló del sufrimiento que se genera en las organizaciones y del carácter opcional de este sufrimiento. El mobbing, la falta de comunicación, los conflictos enquistados, el stress, la falta de reconocimiento, el absentismo que se deriva del mal funcionamiento de los equipos es un problema muy grave, tanto por el dolor personal generado como por los muchos millones de pérdidas.
Tengo la sensación de que, a menudo, vivimos el mal funcionamiento de los equipos como algo inevitable. Es como los atascos de tráfico o los constipados; hagas lo que hagas, no te librarás de conflictos e incomprensiones en el trabajo. Azucena no comparte esta visión: es posible y merece la pena trabajar por conseguir equipos de alto rendimiento sin sufrimiento innecesario.
Son muchos los motivos de su optimismo: los buenos equipos se equivocan menos que las personas (alguien lo ha estudiado, un 30% menos), incrementan el orgullo de pertenencia, la confianza, la capacidad de ayuda mutua, los resultados, la atención a los clientes, la capacidad de hacer, … son el eslabón entre las personas y las organizaciones.
Todo ello lo enmarca Azucena en el mundo de los sueños, ¿qué llevamos dentro de nuestra particular maleta mágica? ¿nos planteamos cambios intencionales o dejamos que la vida nos lleve? ¿en qué medida nuestra vida discurre por el pasado, el presente o el futuro?.....
Nos leyó un bello cuento sobre las herramientas del carpintero. La lija es áspera, el martillo no para de dar golpes, la garlopa no profundiza, los tornillos no paran de dar vueltas … pero gracias a todo ello es posible crear un mueble suave y sólido, bien afinado y con todas sus piezas bien amarradas entre sí.
Al final una pregunta interesante: ¿todos los equipos necesitan un líder o pueden funcionar como un grupo en el que todas las personas ejercen una dosis similar de liderazgo?. Según parece, los líderes son de algún modo necesarios, aunque a Azucena se le tuerza el gesto imaginando un mundo futuro donde todos/as seamos capaces de aportar dosis equivalentes de energía. Habrá que soñar.
El programa empieza el 4 de marzo; cinco viernes en jornada completa hasta el 24 de junio.
Dejo aquí el post escrito por Azucena después de la sesión.
2 comentarios:
Deseo agradecer tu presencia ayer en el acto que referencias, Germán. Cálida y atenta presencia cuyos detalles vuelcas con genuino talento en el post que también rezuma aprecio. Un abrazo grande, Germán. ¡Sigamos pedaleando!
Gracias a ti Azucena por tu trabajo y tu talante ante la vida y el trabajo. ¡Sigamos!
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