Algo tenía que ser
El viernes pasado, nueva entrega de las charlas de Konpartitu. Las anteriores fueron muy intersantes. En esta ocasión, Peter Janzen nos habló de la música y las emociones, y de lo que la ciencia ha podido avanzar en el análisis de esta relación.
Peter nos planteó una pregunta “¿por qué nos gusta tanto la música si realmente es una actividad prescindible?" La respuesta está en la dopamina; la música que nos emociona tiene la capacidad de hacernos segregar esta hormona, del mismo modo que lo consigue el sexo o algunas drogas. La dopamina, según leo en la red, previene la ansiedad y activa la creatividad, aunque su exceso (como casi todo lo bueno) también tiene sus peligros.
Ya tenía yo la intuición que la música nos ayudaba a vivir la vida de un modo mejor, aunque no tenía claras las causas. Tal vez con estos nuevos análisis se empiece a valorar de un modo distinto la formación y la práctica musical y nos olvidemos de frases como “bueno, como no eres muy bueno en música, es casi mejor que lo olvides y no aprendas”.
Peter nos planteó una pregunta “¿por qué nos gusta tanto la música si realmente es una actividad prescindible?" La respuesta está en la dopamina; la música que nos emociona tiene la capacidad de hacernos segregar esta hormona, del mismo modo que lo consigue el sexo o algunas drogas. La dopamina, según leo en la red, previene la ansiedad y activa la creatividad, aunque su exceso (como casi todo lo bueno) también tiene sus peligros.
Ya tenía yo la intuición que la música nos ayudaba a vivir la vida de un modo mejor, aunque no tenía claras las causas. Tal vez con estos nuevos análisis se empiece a valorar de un modo distinto la formación y la práctica musical y nos olvidemos de frases como “bueno, como no eres muy bueno en música, es casi mejor que lo olvides y no aprendas”.
5 comentarios:
Muy buen post. Creo que, efectivamente, todo el mundo tiene que aprender, pero no necesariamente a tocar o "hacer" música si no a escuchar y disfrutar de ella. Es muy fácil. Solo hace falta escuchar mucha música. Y escuchar "otros estilos" además de aquellos en los que nos sentimos cómodos. Abrir el coco a músicas que, de entrada, nos parecen aburridas o complejas. La música que más nos costó escuchar al principio suele ser la que más dopamina genera después.
Si que es interesante lo que comentas; una cierta perseverancia al escuchar tiene luego su recompensa. Gracias por la valoración.
Muchas gracias por tus palabras Germán, siempre sabias.
Gracias a ti Juan por meterte a montar Konpartitu desde la iniciativa privada. Tienes un mérito importante.
Publicar un comentario