Conversaciones en el metro
Ayer en el metro se me ocurrió una idea en forma de chapa “dispuesto a conversar”. Una invitación en la solapa, una reacción ante el panorama -punto desolador- de caras aisladas y dedos concentrados en aparatos móviles: ¿qué conversaciones podrían mantenerse?, ¿qué nuevas ideas surgir?, si nos pusiéramos a conversar olvidándonos por un rato de nuestros juguetes electrónicos.
En esto estaba cuando la señora que estaba enfrente me dice “se te va a caer al suelo”. Se refería a mi móvil, dejado en el asiento. No era realmente una preocupación sino una invitación a conversar; exactamente lo que yo acababa de solicitar. La conversación fue breve (dos estaciones) y no muy interesante “parece imposible que me pueda comunicar con mi hija que está en Barcelona con este aparato, sin ningún cable” ... “si si, es casi magia”.
A la vista del resultado, tuve un momento de duda sobre mi propuesta “para decir tonterías, casi mejor estar en silencio”.
Pero luego pensé que mi juicio inicial había sido excesivamente duro. No en vano tengo que agradecer a aquella mujer anónima que se decidiera a iniciar una conversación que me ha ayudado a reflexionar y a escribir este texto.
Es algo que podemos hacer siempre que pensemos que una conversación es inutil e intrascendente ¿qué hay de positivo en lo que hemos escuchado?. Buscar es una tarea previa a encontrar, digo.
En esto estaba cuando la señora que estaba enfrente me dice “se te va a caer al suelo”. Se refería a mi móvil, dejado en el asiento. No era realmente una preocupación sino una invitación a conversar; exactamente lo que yo acababa de solicitar. La conversación fue breve (dos estaciones) y no muy interesante “parece imposible que me pueda comunicar con mi hija que está en Barcelona con este aparato, sin ningún cable” ... “si si, es casi magia”.
A la vista del resultado, tuve un momento de duda sobre mi propuesta “para decir tonterías, casi mejor estar en silencio”.
Pero luego pensé que mi juicio inicial había sido excesivamente duro. No en vano tengo que agradecer a aquella mujer anónima que se decidiera a iniciar una conversación que me ha ayudado a reflexionar y a escribir este texto.
Es algo que podemos hacer siempre que pensemos que una conversación es inutil e intrascendente ¿qué hay de positivo en lo que hemos escuchado?. Buscar es una tarea previa a encontrar, digo.
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