sábado, mayo 05, 2007

¿Existe el compromiso?


Ayer estuve en Barcelona. Cayó en mis manos un ejemplar de la Vanguardia y en su contraportada leo una entrevista con Mats Lindgren, un sueco que se dedica a la prospectiva y análisis de tendencias. Este señor, católico practicante y liberal, fundador de Kairos Future, habla de la apoteosis del yo.

“Hoy el truco no está en saber cumplir sino en saber elegir, y si te equivocas saber cambiar”. Habla también de como las abuelas del futuro ya no se van a dedicar a cuidar de sus nietos sino a pasarlo bien ellas.
“Hoy lo moderno es nada por obligación, todo por opción”.

Acabas de leer y se te queda una sensación como extraña: ¿seremos todos unos descerebrados, incapaces de pensar en el compromiso con los demás? ¿o tal vez este señor, desde su moral cristiana, intenta avivar nuestros sentimientos de culpa?

Tal vez sea yo un poco malpensado con estas preguntas. Mi opinión es que los lazos existen, aunque afortunadamente ya no son obligatorios y perpétuos, son fruto de la voluntad personal revocable. Pero existen, algunos en la práctica de un modo muy duradero.
Mi campo preferido, las relaciones cliente proveedor, no es el mejor para hablar de compromiso personal: la familia, los amigos, la política parece que se adaptan mejor al debate sobre esta cuestión. No obstante también en mi campo sirve la reflexión porque hoy hay muchas posibilidades para encontrar y comprar cualquier cosa, pero una cosa es la posibilidad y otra el comportamiento real. Una cosa es poder elegir y otra que no existan vínculos de compromiso de los clientes con sus proveedores. A mi por lo menos, no me da lo mismo comprar la fruta, o tomar un café, o cortarme el pelo, o consultar la póliza del coche, o solicitar un crédito ... en cualquier lugar.

Surge entonces la pregunta ¿cuáles son las causas de estos finos vínculos con un proveedor?
Ilustración de Guiomar Gómez-Tejedor

8 comentarios:

Manuela Fernández dijo...

VAya, acabo de descubrir tu blog hoy y este es el segundo comentario que hago en él.
Hablas en el post del compromiso del cliente para con su proveedor, es más, incluso llegas a mencionar que a tí, como cliente, no te da lo mismo una frutería que otra, un bar que otro..., y pregunto yo: ¿y el compromiso del proveedor para con el cliente? porque se da el caso que muchos proveedores dentro de sus clientes los tiene preferenciales y a lo mejor yo no estoy en ese grupo, ¿les debo yo a los proveedores más fidelidad que ellos a mi? ¿Incluso cuando llevarlo a cabo suponga para mi un desenbolso extra?
Yo no creo en los compromisos de ningún tipo, pero menos aún en los comerciales. Quizás el comercio tenga que ser tratado matemáticamente para que sea justo para ambas partes, para proveedores y clientes.

Julen Iturbe-Ormaetxe dijo...

Quizá sea cuestión de que las relaciones sean placenteras para las dos partes. Y no creas que no da miedo el asunto, porque si eliminamos el factor de "sacrificio" o de "altruismo" las cosas van bien jodidas. Pero vamos a pensar que de lo que se trata es de que las personas, mediante sus relaciones, salen ganando... todas ellas.

Germán Gómez dijo...

Si me parece buena idea esa que propones Julen, relaciones placenteras y aceptadas por las dos partes. Compromiso voluntario del cliente y compromiso voluntario del proveedor. Vamos, que los proveedores también tienen su derecho a decidir que quieren ser especialmente cuidadosos (comprometidos) con una parte de sus clientes, bien porque les aportan más dinero o porque mantienen una mejor relación personal. Es algo así como poner un letrero en la puerta que diga "si no es usted un cliente encantador, por favor no entre".

Manuela Fernández dijo...

Y acaso los proveedores no es eso ya lo que hacen?

Germán Gómez dijo...

Manly, en las relaciones voluntarias entra la posibilidad de que el provedor no quiera trabajar con un cliente. Los motivos pueden ser diversos pero, por encima de los motivos está la voluntad personal.

Anónimo dijo...

A nivel empresa-proveedor creo que el vínculo es más fuerte de lo que parece. Yo luché incansablemente en mi última empresa para cambiar ciertos proveedores que nos cobraban muchísimo más por el mismo producto que otro proveedor nos ofertaba más bajo.
Dejé varios informes en la mesa de mi jefe para que estudiara las comparativas y viera el efecto en nuestro producto final (menor coste, obviamente).
En navidades entendí por qué no cambiamos de proveedor... ¿es eso compromiso? No sé.

Por otro lado, a nivel "persona física" sí creo en el compromiso pero, qué quieres que te diga, en lo de las abuelas, estoy a favor... se han pasado su madurez criando hijos y la vejez criando nietos... no lo veo justo. Aunque hay abuelas por vocación que disfrutan, es cierto.

Germán Gómez dijo...

Pilix, intuyo que lo difícil es distinguir entre los compromisos aceptados con alegria, de los compromisos trampa, los que se aceptan por motivos de un cierto chantaje emocional. Tal vez una abuela disfrute con su nieto/a, pero algunas abuelas liberadas tiene aspecto muy saludable.
Por cierto ¿por qué motivo sospechas que pasaba eso en tu empresa?

Anónimo dijo...

Por lo que pude intuir, creo que era más por el representante que por la empresa. Era un tío muy majo, que ayudaba bastante a encontrar las piezas más idóneas y tal.
Por otro lado, yo traté con la competencia y me sacaron de algún apurillo asesorándome también -y más barato-.
Creo que las vacaciones le salían gratis a mi jefe y el jamón en Navidad era más grande el de la empresa más grande.
Eso por lo que pude ver pero sé que se me escapan más cosas.
Por eso, entre otras cosas, dejé la empresa (y estaba fija).
En fins... cosas de las empresas.

Locations of visitors to this page