La crisis del papel
Soy un nostálgico, me gusta mandar crismas en papel, felicitaciones escritas con mi horrible letra. Cuando recibo felicitaciones manuscritas tengo la sensación que me hacen un regalo; alguien ha pensado que merece la pena escribir y mandarme unas letras únicas, exclusivas. Los crismas con textos de imprenta o las felicitaciones digitales son otra cosa; están bien pero no son personales.
Las felicitaciones digitales se imponen sobre el papel manuscrito. Estamos en una época de crisis, de varias crisis, algunas grandes y otras pequeñitas, algunas provocan desastres intolerables y otras cambios que anuncian nuevos mundos, mejores, diferentes posibilidades, …
Internet abre un nuevo mundo en el contacto entre personas, pero la crisis del papel deja atrás un poquito de personalización.