lunes, mayo 30, 2011

¿Reconocemos nuestras emociones?

Hicimos el curso comentado en el post anterior. Fue pasado 19 de mayo en el Hotel Durango, organizado por SPRI y por Euskalit dentro del programa 21Sarea. Hablamos de Orientación al Cliente y al Mercado (post anteriores 1, 2 , 3, 4).

En uno de los ejercicios nos preguntamos “¿Cómo compramos? ¿de qué modo tomamos nuestras decisiones como compradores?”. La pregunta la podemos ampliar a todos los ámbitos de nuestra vida, “¿cómo nos relacionamos, de qué modo tomamos nuestras decisiones en el mundo del ocio, del trabajo, de la política, de la participación ciudadana, etc.?”. Y las repuestas a estas preguntas giran en torno a dos polos: somos seres racionales, analíticos, calculamos nuestros pasos a partir de datos ... o por el contrario somos seres intuitivos, un poco irracionales, un poco imprevisibles, básicamente emocionales.

Después de hacer esta pregunta a un grupo de treinta personas me surgen de modo intuitivo, que no racional, algunas conclusiones:


  • Nos reconocemos intuitivos y emocionales en unos campos pero no en otros. Somos intuitivos cuando seleccionamos una música o una prenda de vestir pero no lo somos (no nos reconocemos) cuando compramos una máquina de trabajo o un programa informático.

  • Las mujeres se reconocen más intuitivas que los hombres, especialmente en estos campos donde menos importancia teórica tienen las emociones. En otras palabras, las mujeres reconocen mucho más que los hombres que se dejan influir por sus emociones, también cuando deciden la compra de una máquina o un programa informático.

  • No siempre entendemos bien la pregunta. Reflexionar sobre el hecho de que decidamos algo de un modo no racional supone, para algunas personas, un problema en sí mismo. En otras palabras, vamos por la vida convencidos de que todas nuestras decisiones tienen una justificación racional, basada en datos.
Los que saben de estas cosas afirman que la dimensión emocional intuitiva está presente en todas las esquinas de nuestras vidas, pero tal vez no nos hayamos dado cuenta.

2 comentarios:

JJAMLO dijo...

¿Para qué sirven los clientes?

Existen preguntas altamente peligrosas,mi apreciado, German.

Por ejemplo : el título de tu Blog.

O bien, la pregunta es retórica,como "una especie de introducción" a tu presupuesta y cerrada (única) contestación,o bien, la contestación es tan sencilla como "PARA NADA".
Con esta conestación se cerraria el discurso.¿O no?.
A mi, me hubiera gustado más para tu Blog un título como este:SE NECESITAN CLIENTES, PERO NO ES NECESARIA LA EXPERIENCIA.
Esta fórmula "sugiere" a todo tipo de empresario (todos necesitan clientes)que tu eres un tipo creativo, innovador, descolocante...a la hora de enfocar estrategias y planes de acción enfocados a captar clientes para cualquier sector,producto...

Disculpa mi impertinente invasión en tu Blog. haciendo un comentario extemporaneo por no venir al casodel tema de la "emociones".

Creo que esto es mucho más emocionante que plantearse a ver si reconocemos la emoción que produce el reconocimiento de las emociones más emocionantes del emocionado...etc.Y así.

No es broma;ya sabes que soy muy serio,creo.
¿Qué es más dificil enseñar a comprar o enseñar a vender?.
Saludos.

Nota:El anuncio sobre clientes lo vi en TV. Me gustó.

Germán Gómez dijo...

Las preguntas no son peligrosas JJ. Si lo pueden ser las respuestas cerradas, los callejones sin salida como tu bien dices, pero ¿cuál es mi única contestación?, ... sabes más de mi que yo mismo.

Yo no pretendo sustituir la experiencia, pretender que alguien sepa de clientes sin tener experiencia es absurdo (opino) por muy creativo, innovador o descolocante que uno sea.

Vender y comprar son dos realidades complementarias, no existe una sin la otra. Comprar puede ser más fácil pero el comprador no es nadie sin un vendedor.

Mi blog es público, estoy encantado de que me invadas de vez en cuando. Ya sabes aquello de "mejor que hablen de uno, aunque sea mal".

¿A qué anuncio te refieres?

Locations of visitors to this page