viernes, abril 16, 2010

Sobre Quino y las ventanas


Un viejo amigo me manda una hermosa viñeta de Quino. Realmente genial. Estuvimos los dos compartiendo viaje diario de trabajo, junto con otras dos compañeras, durante varios años. Ahora los cuatro somos muy buenos amigos, creo que sobre todo por los viajes. Dos horas diarias de conversación dan para mucho.

Mi amigo es muy escéptico con esto de la blogosfera, las redes sociales y el mundo 2.0. En su opinión, un hiper espacio descontrolado no contribuye a la libertad de pensamiento sino todo lo contrario. Es como dos niños, uno rico y otro pobre, uno con muchos juguetes y otro solo con uno, uno aburrido con todos y otro feliz con uno solo.

Vivimos en un mundo con hipertrofia informativa, cualquiera puede lazar al espacio cualquier idea. Hay tantas posibilidades que casi no hay ninguna. En mi lista de bloglines tengo apuntados 75 blogs, pero solo leo tres o cuatro cuando me acuerdo, que no es muy a menudo (Tampoco me acuerdo de escribir en este blog, ¡uff, que agobio!). En mi mando de la tele tengo un montón de canales de acceso gratuito, a cada cual más penoso salvo algunas excepciones. Si me asomo a Internet y pregunto por cualquier tema, por extraño que sea, me aparecen cientos de referencias.







Con tantas posibilidades, a uno casi le apetece apagar todo y mirar por la ventana, la ventana de verdad, la que nos enseña siempre el mismo paisaje. Las mismas casas de enfrente (al arquitecto que las hizo le deberían meter en la cárcel por hacer algo tan feo), la misma carretera, el vecino que de vez en cuando sale a la huerta, los mismos cables de la luz, etc. Cambia la luz pero uno no puede darle a la tecla para seleccionar opciones del menú. Cuando llueve, llueve; es lo que hay.

No se, habrá que hacer como Quino, poner todo al revés a ver que pinta tiene …

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