martes, mayo 29, 2007

Pagamento



Este fin de semana me han invitado a un curioso acto, una charla organizada en Bilbao por la ONG Tierra Única, con la presencia de cuatro personas de las comunidades indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta y de la Amazonía, en Colombia.

Cuatro personas muy diferentes, la piel (morena), la ropa (blanca), la forma de hablar ... y sobre todo la forma de entender la vida.

Se han acercado hasta nosotros por su particular campaña de marketing. Sus objetivos son darse a conocer, buscar recursos para continuar su vida y compartir su forma de entender las cuestiones esenciales de la existencia.

En mi recuerdo de lo escuchado, y desde mi escepticismo ante todo lo que no acabo de entender con mi mente cartesiana, ellos hablan de las piedras, el aire, los minerales, el agua, las montañas,... toda la naturaleza en su conjunto. Su dios está en estos elementos y en cada una de las personas que sobre esa tierra vivimos. No hay que buscar ningún dios fuera de nosotros mismos.

Hablan también de religiones complementarias, del respeto de las diferentes creencias en general y de las creencias religiosas en particular. Comentan con horror la conquista de América, pretexto para arrasar todas las creencias que en América existían.

Me he quedado con un concepto: pagamento. Un pagamento es un rito en el que se pide permiso a la naturaleza para retirar los recursos que de ella necesitamos. Podemos cortar un árbol, coger minerales, recolectar plantas, ... pero para ello debemos previamente pedir permiso. Y comprometernos a hacer lo necesario para que esos recursos se regeneren.

Curioso concepto. Tal vez nos sirva para hacer un ejercicio de reflexión sobre el modo en que actuamos en nuestro mundo, llamado civilizado. No tengo muy claro si es posible esta reflexión, y hasta donde puede llegar, pero intuyo que puede merecer la pena pararse a pensar si mejora en algo nuestra existencia por pedir permiso a los demás por el resultado de nuestras acciones.


lunes, mayo 28, 2007

Hobera



Esta mañana (lunes 28 de mayo) se ha celebrado en Labein una reunión de consultores homologados en el programa Hobera por la Diputación Foral de Bizkaia. Se ha hablado de características de este programa, dirigido a empresas pequeñas del territorio de Bizkaia.

Hobera es sobre todo una propuesta para la reflexión, para empresas que no están acostumbradas a reflexionar. Las empresas grandes hacen planes y reflexiones de todo tipo, estratégicos, de marketing, de recursos humanos, etc. Pero las pequeñas no, no tienen tiempo, no tienen costumbre, no tienen método, no saben, no pueden.

Hobera es una posibilidad, propone reflexionar con un plan adaptado a este tipo de empresas. Reflexionar y actuar, identificar acciones, perseguirlas, analizar resultados, etc.

Todo ello inspirado en el Modelo EFQM pero sin puntuaciones, sin premios, sin evaluaciones externas. Simplemente sentarse a pensar en lo que hacemos, en lo que podemos hacer, en lo que queremos y nos comprometemos a hacer.

Puede ser un buen primer paso, una buena semilla para iniciarse en el camino de la mejora de la gestión.


La semilla es de ...

jueves, mayo 24, 2007

Ingenuidad infantil y futuro





Esta mañana acudo a Blogak 2.0 en el Museo Guggenheim, en Bilbao. Ponencia de Rob Malda, persona que creó un primer blog, allá por el año 1997. Rob no tiene 30 años y es el iniciador de todo este mundillo en el que ahora estamos metidos. Supongo que si no hubiera sido él, lo habría hecho otra persona de su misma edad y origen. Con la madurez aumentan las defensas frente a la ingenuidad de pensar en lo imposible.

En el post anterior escribía yo sobre la inutilidad de intentar adelantar el futuro. El caso de Rob es una nueva confirmación de esta dificultad. Su descripción del primer paso, el que inició todo, suena a travesura infantil.

Su historia me recuerda una experiencia personal. Al inicio de los años ochenta participé en un estudio de mercado sobre las posibilidades futuras de los servicios creados a través de la conexión telefónica de ordenadores. En aquella época no existía Internet, si otros servicios telemáticos mucho más rudimentarios y limitados.

Las preguntas del estudio se dirigían a empresas y profesionales, y planteaban –tal como yo las recuerdo- cuestiones como por ejemplo: ¿sería de interés poder mandar mensajes a través del ordenador a otras personas?. Un porcentaje respondía que sí, que eso podría estar bien, así como otras cuestiones similares planteadas en el estudio: realizar compras, consultar bases de datos, acceder al banco, ...

Realizando una proyección de los resultados del estudio sobre el número total de empresas vascas, se concluía que el número de posibles usuarios podría ser muy elevado.

Para la mayoría, aquella conclusión era simplemente absurda e inimaginable.

sábado, mayo 19, 2007

Choque de trenes e imaginar el futuro



En este mundillo de los blogs a mi me apetece hacer preguntas. Esta escrito en la presentación de este blog y en ello me reafirmo. Cada cual que busque sus respuestas, con las que no es obligatorio estar de acuerdo. Por ese motivo me permito tomar prestado de Fogonazos una noticia, no para comentarla sino como pretexto para preguntar.

La noticia en cuestión tiene que ver con un choque de trenes provocado de modo voluntario en 1896 en el estado de Texas, con público y prensa en directo. “Vengan señores y señoras a ver como se estampan frontalmente dos trenes a 75 kilómetros por hora (75+75=150)”.

¿Cómo es posible que nos cueste tanto entender el futuro? ¿cómo es posible que las personas que prepararon este espectáculo no llegaran a imaginar sus consecuencias?. Basta solo con ver las fotos anteriores al impacto, incluso dentro de los trenes, para entender que no imaginaban para nada lo que les venía encima.

Algo mucho menos violento pero similar por la incapacidad de leer el futuro me sucedió en Barcelona hace ya varios años, poco antes del boom de la telefonía móvil. Me hicieron una encuesta en la calle para preguntarme mis intenciones con esta nueva forma de comunicación que es hoy parte de nuestra vida. Recuerdo perfectamente mis contestaciones: “no le encuentro mucho sentido yo a esto, creo que no necesito un aparato móvil para comunicarme, estoy bien sin el”.

Es grave el asunto, porque yo entonces llevaba más o menos unos doce años de trabajo en investigación de mercados. Creo que tendré que entrenar con la bola de cristal.

miércoles, mayo 16, 2007

Fidelidad y empatía; o las tiendas de mi pueblo





En mi pueblo hay varios lugares donde se puede comprar fruta y verduras. Básicamente dos supermercados grandes, uno de Eroski y otro local, y tres tiendas pequeñas. No es que haya muchas diferencias entre unos y otros, pero creo que a mi no me da lo mismo. Vamos, que tengo mis fidelidades.

Eroski es impersonal pero cómodo para aparcar y tiene muchas cosas. La fruta que tiene no es la mejor, los tomates son de plástico. Voy bastante pero sobre todo por motivos prácticos; pero cuando tengo tiempo prefiero comprar en alguna tienda pequeña.

Las tiendas pequeñas son el reflejo de las personas que atienden. En mi pueblo un hombre de barba poblada y aspecto descuidado al que parecería darle lo mismo vender cebollas que mecheros, y dos mujeres de edad intermedia, una un poco más joven, delgada y otra un poco más madura y oronda. Una más seria, otra más sonriente. Ninguna de las dos, al igual que el hombre barbudo, son expertas en el producto que venden; simplemente les ha tocado en la vida vender puerros, lechugas y pimientos, y hacen lo mejor que saben y pueden.

Mis conversaciones con estas tres personas son siempre triviales, “hace bueno hoy”, “¿están duras esas peras?”, cosas por el estilo; pero tengo la sensación de que no me da lo mismo comprar en un sitio o en otro, que tengo mis pequeñas fidelidades. Creo también que mis fidelidades no dependen de la calidad, la cantidad o el precio de la fruta o la verdura que compro, sino principalmente del nivel de empatía personal con cada una de estas personas.

Empatía (del griego εμπάθεια, que significa simpatizar, sentir en común) describe la capacidad de una persona de vivenciar la manera en que siente otra persona y de compartir sus sentimientos, lo cual puede llevar a una mejor comprensión de su comportamiento o de su forma de tomar decisiones.

¿Empatizamos con todo el mundo del mismo modo?
Si empatizamos de modo diferente, si entendemos más fácilmente a unas personas que a otras ¿cómo influyen estas diferentes en nuestros comportamientos y nuestras fidelidades?


Foto sacada en el mercado central de Florencia

sábado, mayo 12, 2007

Interpretar los blogs




La vida es, entre otras cosas, una interpretación de mensajes. Vivir es interpretar las cosas que hacen y dicen los demás, creando historias nuevas a partir de lo que de ellos observamos y escuchamos. Los blogs son un buen ejemplo de este proceso.

Yo tengo uno, este, hace algo más de un año y los comentarios, pocos, que recibo son para mi una fuente inagotable de sorpresa. Casi siempre pienso cuando recibo un comentario “curiosa y sorprendente forma de ver el tema”.

Observo por otro lado que los comentarios que recibo surgen de una parte muy pequeña y próxima de las personas que pueden leerme. Tal vez sucede lo mismo con todos los blogs, solo contestan las personas del entorno de proximidad del autor, aunque los lectores pueden estar en cualquier parte del mundo.

Hace poco instalé una aplicación que controla el origen geográficos de los lectores (está al final de esta página, debajo de todos los post visibles) y lo que veo en esta aplicación es que han accedido a mi blog personas de muchos lugares.

No se si este acceso en la distancia corresponde con una lectura real de mis escritos. Tal vez solo se ha leído un titular, o se ha dado un vistazo sin leer... Lo que si se es que casi ninguno de estos lectores lejanos comenta por escrito mis propuestas.
¿Qué pensarán? ¿qué sorprendentes interpretaciones se habrán generado en la distancia?

martes, mayo 08, 2007

Datos particulares


Una conversación reciente acerca de una fundación que ha contratado la realización de un estudio de mercado en el campo institucional: “No ha ido bien, queríamos obtener información de lo que quiere cada institución analizado en el estudio, pero no nos la han dado, alegando que esos son los criterios, solamente los datos generales, nunca los datos individuales”.

Las normas de Esomar plantean la confidencialidad de las personas entrevistadas y la ley de Protección de Datos Personales va también en la misma dirección, pero la práctica real de la investigación de mercados tiene sus excepciones, en este caso cuando existe interés en disponer de esta información individualizada y las personas entrevistadas aceptan (mejor por escrito) este uso de la información.

Recuerdo un cuestionario en el que se preguntaba: ¿desea que sus opiniones las conozcan las personas que le atienden, o que se usen únicamente de modo estadístico agregado?. Este tipo de preguntas solo tienen sentido en algunos casos, con clientes empresa o institución.

Pero surge la pregunta ¿cuál es el valor de una información agregada cuando tenemos un número reducido de clientes? ¿existen pautas comunes o es necesario pensar en cada institución y persona?.

sábado, mayo 05, 2007

¿Existe el compromiso?


Ayer estuve en Barcelona. Cayó en mis manos un ejemplar de la Vanguardia y en su contraportada leo una entrevista con Mats Lindgren, un sueco que se dedica a la prospectiva y análisis de tendencias. Este señor, católico practicante y liberal, fundador de Kairos Future, habla de la apoteosis del yo.

“Hoy el truco no está en saber cumplir sino en saber elegir, y si te equivocas saber cambiar”. Habla también de como las abuelas del futuro ya no se van a dedicar a cuidar de sus nietos sino a pasarlo bien ellas.
“Hoy lo moderno es nada por obligación, todo por opción”.

Acabas de leer y se te queda una sensación como extraña: ¿seremos todos unos descerebrados, incapaces de pensar en el compromiso con los demás? ¿o tal vez este señor, desde su moral cristiana, intenta avivar nuestros sentimientos de culpa?

Tal vez sea yo un poco malpensado con estas preguntas. Mi opinión es que los lazos existen, aunque afortunadamente ya no son obligatorios y perpétuos, son fruto de la voluntad personal revocable. Pero existen, algunos en la práctica de un modo muy duradero.
Mi campo preferido, las relaciones cliente proveedor, no es el mejor para hablar de compromiso personal: la familia, los amigos, la política parece que se adaptan mejor al debate sobre esta cuestión. No obstante también en mi campo sirve la reflexión porque hoy hay muchas posibilidades para encontrar y comprar cualquier cosa, pero una cosa es la posibilidad y otra el comportamiento real. Una cosa es poder elegir y otra que no existan vínculos de compromiso de los clientes con sus proveedores. A mi por lo menos, no me da lo mismo comprar la fruta, o tomar un café, o cortarme el pelo, o consultar la póliza del coche, o solicitar un crédito ... en cualquier lugar.

Surge entonces la pregunta ¿cuáles son las causas de estos finos vínculos con un proveedor?
Ilustración de Guiomar Gómez-Tejedor

viernes, abril 27, 2007

Resultados diferentes



El algunas ocasiones, dos técnicas diferentes utilizadas para la medición de la satisfacción dan distintos resultados. Por ejemplo, un análisis cualitativo en base a entrevistas abiertas o grupos de debate, y un sondeo cuantitativo mediante cuestionarios, ofrecen una impresión diversa de la satisfacción: en un caso buenas impresiones, en otro insatisfacción.


Cuando aparecen estas diferencias, pensamos en errores en el trabajo de investigación. Tal vez algo se haya hecho mal, pero hay también otras posibilidades.

Los errores metodológicos pueden ser una causa de estas diferencias. Un cuestionario mal diseñado, en el que no se pregunta por los temas que para el cliente son importantes, con palabras que no se entienden, dará respuestas aleatorias. Es muy posible que las personas que acepten contestar este tipo de cuestionarios estén únicamente interesadas en acabar lo antes posible, con lo que difícilmente manifestarán de un modo pleno sus opiniones.

También son posibles los errores metodológicos en la selección de los clientes. Por ejemplo, si acudimos a todos (o a una muestra aleatoria) para el sondeo cuantitativo y utilizamos a los más próximos para la fase cualitativa, obtendremos valoraciones diferentes porque los más próximos pueden ser también los mejor atendidos, los más satisfechos.

Otra posible explicación tiene que ver con el hecho de que no todas las personas con las que se intenta contactar aceptan cumplimentar un cuestionario o participar en una entrevista. Surge entonces una duda ¿el tipo de personas que acepta contestar es el mismo en todas las técnicas?.

Mi opinión es que no, que son perfiles diferentes, aunque el porcentaje de negativas pueda ser el mismo. Por ejemplo, un cliente insatisfecho puede aceptar rellenar un cuestionario pero tal vez no desee perder una hora de su tiempo con un proveedor del que ha obtenido una respuesta insatisfactoria. Por el contrario, un cliente medianamente satisfecho puede aceptar de mejor grado una entrevista que un cuestionario, sobre todo porque la entrevista es una manifestación evidente de que nos interesan sus opiniones mientras que una encuesta tiene un carácter rutinario, repetitivo.

Hay también otras causas de la diferencia que no tienen nada que ver con errores metodológicos y si con el contexto específico de aplicación de cada técnica de análisis.

Por ejemplo, es diferente dar opiniones cuantitativas o cualitativas. Las opiniones cuantitativas se dan de un modo anónimo, frente a un papel o una pantalla o una persona anónima que llama por teléfono. Por el contrario, las opiniones cualitativas se dan en un contexto de relación, de conversación amigable entre dos o más personas, independientemente de que se conozcan o no previamente. El ejercicio de la crítica en un contexto de relación supone una mayor carga emocional, carga que a su vez influye en la cantidad y calidad de información emitida.

En resumen, es fácil entender que existan estas diferencias. La cuestión que surge entonces es otra ¿para qué utilizamos cada técnica? ¿pueden dos técnicas de análisis diferentes utilizarse para analizar una misma cuestión?. Tal vez esta sea la cuestión principal.

miércoles, abril 18, 2007

Niveles de realidad


Varios meses atrás, mi amigo Alberto me recomendó la lectura de Paul Auster. Siguiendo su propuesta han caído en mis manos, mis ojos y mis neuronas dos volúmenes de este autor: “El libro de las Ilusiones” y más recientemente “Viajes por el Scriptorium”. Auster es un maestro en lo que me atrevo en llamar los niveles de la realidad.

No es cuestión de analizar todo, pero es evidente que si nos ponemos a ello podemos observar diferentes niveles en la realidad de las cosas, las personas y las situaciones. Por ejemplo, ¿comprar un piso es comprar solo un lugar, unas medidas, unas calidades, un precio? ¿tal vez no compramos también unas sensaciones, unas emociones posibles, ...?. Yo he comprado uno hace meses y mi recuerdo me sugiere todo lo que pudo influir en mi decisión.

Como mínimo, lo siguiente:

  • La realidad de los datos directos. Un lugar, unas características, unos materiales, una orientación, unas dimensiones, una antigüedad, un estado de conservación, un precio, etc.

  • La realidad de los recuerdos. ¿En qué pisos he vivido? ¿qué recuerdos tengo de estos pisos vividos?.

  • La realidad de las expectativas. ¿Qué piso he imaginado? ¿con qué tipo de vida sueño?.

  • La realidad de las posibilidades alternativas. ¿Qué otros pisos he visto? ¿qué me ha gustado y qué me ha desagradado de cada uno de ellos?.

  • La realidad de las emociones provocadas. ¿Qué sensaciones me provocan las personas que me enseñan el piso, las personas que viven dentro, las que me acompañan en la visita, ...?. Una foto que veo en una visita a un piso habitado ¿qué me cuenta de ese lugar?. Si en una casa vive gente amable y feliz ¿es posible pensar que algo quedará?.

  • La realidad de las intuiciones. ¿Cuánto tiempo tardo en imaginar situaciones? ¿Cuántas ventajas e inconvenientes creo en un instante?. Yo en mi casa tengo una esquina que no me gusta, no me gusta desde el primer momento en que la vi. Creo que ya me he acostumbrado, pero no estoy seguro.

Supongo que hay más. También es posible que cada realidad sea más o menos importante en función del contexto de la situación. Tal vez el ejemplo del piso sea uno de los más complejos, pero tampoco creo que otras situaciones más simples se escapen a este análisis. Por ejemplo, ¿cuáles son los motivos por los que compro una lechuga en un lugar y no en otro?.

Desde el punto de vista del análisis, sobre todo para los que de un modo u otro nos dedicamos a ello, si parece evidente la necesidad de ampliar los criterios de observación, incorporando distintos niveles de realidad: ¿Es posible entender la satisfacción de los clientes preguntando únicamente por la evaluación de los datos directos?.

jueves, abril 12, 2007

Preguntas y respuestas





Hay personas que parecen tener todas las respuestas; otras son básicamente emisores de preguntas.
No imagino a un cirujano que no tenga las respuestas necesarias para su trabajo, aunque sean incorrectas. Tampoco un astrofísico que no base su trabajo en preguntas sobre la realidad exterior.
Pero estos son dos casos extremos. La mayor parte de las actividades humanas permiten combinar, en diferentes grados, posturas preguntadoras y respondedoras.
Los que tenemos hijos sabemos que educar es una equilibrada combinación de ambas, más que nada porque frases como “niño, no te subas que te vas a caer” son siempre de una eficacia muy dudosa.
En el campo de la gestión empresarial sucede un poco lo mismo. Mi amigo Julen anda últimamente publicando varios escritos sobre la utilidad de los directivos, o lo que es lo mismo, sobre la capacidad autónoma de las personas de desempeñar su trabajo. El problema puede enfocarse de este modo: ¿un directivo es una persona que tiene las respuestas para los demás, o más bien alguien que ayuda a que los demás las encuentren?. Según mi personal criterio, los mejores directivos son los que tienen una adecuada capacidad de proponer preguntas certeras a ellos mismos y a las personas de su equipo, dejando que cada uno obtenga sus respuestas y actúe.
En el mundo de los servicios profesionales sucede lo mismo: expertos informáticos, asesores fiscales, abogados, mecánicos, ... un montón de personas expertas que tienen las respuestas que los clientes buscamos, o que no queremos encontrar por nosotros mismos. Pero hay también otros servicios profesionales en los que no se busca directamente la respuesta sino un camino para encontrarla personalmente. El ejemplo más evidente es el de los psicólogos, pero los consultores empresariales somos también mucho más expertos en procesos de reflexión, y menos en las soluciones concretas de la reflexión. Ayudamos a proponer preguntas, a reflexionar sobre ellas, a que cada uno encuentre sus respuestas.
Creo también que con los blogs sucede lo mismo. Algunos escriben con soluciones y otros plantean dudas. A mi me gusta más el segundo tipo, y creo por ello que prefiero plantear este mi espacio como una plataforma para la duda más que para la afirmación. Es mi personal propuesta.

Foto de Mikel Agirregabiria

jueves, abril 05, 2007

Graham Dalton



Llevo varios días bastante liado y tengo esto del blog un poco abandonado. También porque solo me apetece escribir cuando pienso que tengo algo interesante que contar, y no siempre es fácil.
Hoy no me he podido contener: Graham Dalton ha salido de Fortaleza (Brasil) rumbo a Norfolk.
Graham es el último participante que intenta llegar al final de la segunda etapa de la regata en solitario Velux5oceans. Llevo varias semanas siguiendo esta regata por motivos patrióticos: un vasco, Unai Basurko participa. Pero siguiendo a Unai, me encuentro a otra persona cuya historia es como para escribir una novela o mejor un libro de autoayuda, de esos que te dan pistas sobre como ser bueno.
Graham es el colmo de las desdichas, y también de la voluntad personal de superarlas.
La primera vez que participó en esta regata tuvo que abandonar con el barco roto. Poco después uno de sus hijos enfermó de cáncer y murió. Graham se propuso entonces participar de nuevo en la regata, en homenaje a su memoria.
Graham es el único regatista que no ha llegado todavía al final de la segunda etapa, en Norfolk. Y no ha llegado porque entre otras cosas le han pasado los siguientes incidentes: se le contaminó la comida con el gasoil del motor, tuvo que entrar por una avería en Fortaleza y en este puerto le robaron todos los instrumentos electrónicos de navegación, cuando salía de nuevo a la mar perdió el bulbo que estabiliza el barco, tuvo que volver y construir uno nuevo, después otra avería con el timón y hoy por fin ha conseguido salir de este puerto, con el tiempo justo para llegar a Norfolk en el plazo marcado por la organización.
Supongo que lo normal es abandonar, con todos estos incidentes lo normal es abandonar. Por eso Graham merece un saludo.
Un saludo por proponernos una pregunta, a cada uno en nuestras regatas particulares, en esas en las que siempre nos parece que una cumbre es inalcanzable: ¿tal vez queden otras posibilidades por explorar, antes del lícito abandono?

jueves, febrero 15, 2007

Preguntar en positivo




Hace unos días me encontré con mi viejo amigo José Ramón Muro. José Ramón trabaja en temas relacionados con la calidad y la mejora de la gestión dentro del ámbito de las energías renovables. Me planteó una interesante cuestión: “¿no se pueden hacer preguntas en positivo?”.

La cuestión se relaciona con la necesidad de cambiar las encuestas de satisfacción, habituales en el mundo de la “Calidad”. Desde un punto de vista radical, el mejor cambio puede ser dejar de hacer encuestas y centrarnos en entrevistas personales y grupo de debate, mucho más útiles para conocer los motivos reales de las percepciones de satisfacción.

En un plano menos radical, parece evidente que vamos a seguir realizando encuestas porque los motivos de utilizar formularios son muy diversos: establecer comparaciones, ver el efecto de las acciones realizadas, mostrar ante terceros las mejoras de la gestión, obtener certificaciones y premios, ...

¿Cómo podemos entonces mejorar las encuestas?. Ciertamente la respuesta está en el enunciado planteado por mi amigo: formulándolas en positivo. Las encuestas de satisfacción se han planteado habitualmente como un examen, un juicio sobre lo ya realizado. La cuestión es si hemos obtenido la nota esperada, o si por el contrario merecemos una recriminación.

En un papel es mucho más sencillo valorar el pasado que construir el futuro. Pero las conversaciones más interesantes son las que se proyectan sobre el futuro, las que ayudan a pensar en nuevas acciones. ¿Es posible entonces proyectar el futuro en una encuesta de satisfacción?. No es tarea sencilla pero tal sea una posibilidad a analizar si realmente deseamos que las encuestas no sean en si mismas un elemento de insatisfacción.

Una posibilidad: mandar una carta con un texto de este estilo:
Señoras y señores, durante los últimos años nos han contestado a nuestras encuestas de satisfacción. Sus opiniones nos han sido de gran utilidad y por ello les estamos realmente agradecidos. Pero la prueba más clara de su satisfacción es que continúan siendo nuestros clientes por lo que hemos decidido sustituir nuestro “cuestionario de satisfacción” por otro “formulario de colaboración”. No queremos que opine sobre el pasado sino más bien que nos valore las posibilidades de acción futura de nuestra empresa que le proponemos a continuación...


Proponiendo una reflexión sobre los campos en los que una mejora de nuestra gestión puede ser más útil, en una carta y principalmente en nuestras conversaciones cara a cara, incrementaremos la percepción de que estamos en tensión, de que nos preocupa realmente su satisfacción.

Muy probablemente, el porcentaje de clientes que respondan a esta carta sea un buen indicador de su grado de satisfacción real.


Imagen de johannes.fiebich's photos
http://www.flickr.com/photos/75259168@N00/358668923/

martes, febrero 06, 2007

El color del cristal con el que miramos


Me llega un buen dibujo para hacer risas. ¡Genial!

Yo a lo mío. Esto de interpretar las cosas cada uno o una a su estilo no sucede únicamente en los dibujos. La realidad suele superar estas genialidades.
¿Somos conscientes de que podemos ser interpretados de un modo totalmente diferente al sentido que le damos a nuestras acciones? ¿hacemos algo por conocer estas interpretaciones alternativas?

martes, enero 30, 2007

Intuir la satisfacción




Una lectura reciente, “Inteligencia Intuitiva” de Malcolm Gladwell, me hace volver sobre el tema del concepto de la satisfacción.

El autor comenta la importancia de las intuiciones y propone mejorar en su uso. Las intuiciones son pequeños flashes que pasan por nuestra mente cuando nos enfrentamos ante la novedad: una persona, una situación, una decisión, ... Juicios rápidos, basados en un número reducido de datos.

En algunas situaciones, no tenemos más remedio que utilizar estas intuiciones porque no hay tiempo para pensar mucho más. El autor nos habla de policías que se ven obligados a decidir en un instante si una persona es o no un delincuente peligroso. Pero esto no sucede siempre, hay otros casos en los que disponemos de tiempo suficiente para analizar multiplicidad de datos, lo cual no garantiza un final acertado en nuestros juicios y decisiones.

La miopía a la hora utilizar las intuiciones y de ver de un modo rápido unos pocos datos significativos es habitual. Es posible evitarla, por ejemplo no dejándonos llevar por estereotipos simples: una persona con pelo largo y vaqueros tiene menos dinero que otra con traje y pelo corto. Otra idea, intentar identificar los datos “significativos”, al igual que hace un médico experimentado que sabe distinguir un dolor muscular del aviso real de un infarto a partir de un pequeño número de síntomas.

Conclusión del autor: las primeras impresiones son muy valiosas, pero es necesario saber leerlas correctamente, entender cuales son los elementos clave en la lectura inicial de una situación.

Desde el punto de vista de la gestión de la satisfacción de los clientes, este libro me provoca otra conclusión: como clientes, todas las personas intuimos la satisfacción que vamos a recibir de un proveedor desde el primer momento de la relación. Es muy probable que esta intuición inicial impregne toda la relación.

Dicho de otro modo, si un proveedor ha fracasado en la generación de esta intuición inicial lo tiene muy difícil para corregir posteriormente esta intuición negativa con sus acciones. Si por el contrario ha acertado, todo será probablemente más fácil a partir de este momento inicial.

Si esto es así -intuyo que si lo es, recordando diferentes experiencias de análisis de la satisfacción- deberíamos redefinir el concepto “Gestión de la Satisfacción”, buscando los elementos que inciden en la intuición inicial de la satisfacción. Por ejemplo, ¿qué es lo que “ve” una persona cuando entra en un comercio, en la oficina de una empresa o cuando recibe la visita de un comercial?, ¿qué podemos hacer para mejorar esta “visión”? ¿tienen las encuestas de satisfacción una relación directa con los factores que inciden en esta “visión”?

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