martes, octubre 14, 2008

Hacer play back



Conversación reciente con unos amigos: “a un compañero de nuestro hijo le ha dicho la profesora de música que haga play back”. La conversación se refiere a un niño de diez años que acude a clase de música en un centro escolar. Como sucede en muchas ocasiones, alguien ha decidido por los demás.

Lo comento con horror porque entiendo la música como una actividad necesaria. Creo sinceramente que cantar o interpretar un instrumento mejora la vida propia y de quienes nos rodean. Música como actividad para la que todos estamos capacitados, del mismo modo que lo estamos para leer o para sumar. No todos seremos Pavarotti, pero tampoco todos somos García Márquez o Albert Einstein.

Aprendí a cantar con mi amiga Anabe (no la puedo vincular porque vive felizmente en el mundo 1.0). Anabe me contó algo interesante: las personas que afirman no saben cantar, que tienen mal oído, son víctimas de un comentario escuchado en su infancia: alguien les dijo que no sabía cantar y se lo creyeron a pies juntillas. Se quedaron con el mensaje para el resto de sus vidas y no se atrevieron a intentarlo, del mismo modo que otras personas con el comentario contrario se abrieron sin temores al mundo musical. Este pensamiento inicial determino las ganas de cantar o de callar de cada uno.

Como dice Barack Obama, “podemos”, ya que el problema no está en nuestras cuerdas vocales o en nuestros tímpanos sino en nuestras neuronas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Otro elefante encadenado; ya sabes, de pequeñitos te ponen una cadenita y como no puedes arrancarla, grabas en tu mente que ha de ser así, y cuando pesas 500 toneladas,(¿cuánto pesa un elefante adulto?), sigues atado a esa cadenita sin darte cuenta que ya podrías soltarte. Ahora bien, ¿cuánta fuerza hay que hacer para liberarse?
Yo tiro y tiro, pero en ocasiones, me parece que lo que pesa 500 toneladas es la cadena.
un saludo,

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