miércoles, mayo 16, 2007

Fidelidad y empatía; o las tiendas de mi pueblo





En mi pueblo hay varios lugares donde se puede comprar fruta y verduras. Básicamente dos supermercados grandes, uno de Eroski y otro local, y tres tiendas pequeñas. No es que haya muchas diferencias entre unos y otros, pero creo que a mi no me da lo mismo. Vamos, que tengo mis fidelidades.

Eroski es impersonal pero cómodo para aparcar y tiene muchas cosas. La fruta que tiene no es la mejor, los tomates son de plástico. Voy bastante pero sobre todo por motivos prácticos; pero cuando tengo tiempo prefiero comprar en alguna tienda pequeña.

Las tiendas pequeñas son el reflejo de las personas que atienden. En mi pueblo un hombre de barba poblada y aspecto descuidado al que parecería darle lo mismo vender cebollas que mecheros, y dos mujeres de edad intermedia, una un poco más joven, delgada y otra un poco más madura y oronda. Una más seria, otra más sonriente. Ninguna de las dos, al igual que el hombre barbudo, son expertas en el producto que venden; simplemente les ha tocado en la vida vender puerros, lechugas y pimientos, y hacen lo mejor que saben y pueden.

Mis conversaciones con estas tres personas son siempre triviales, “hace bueno hoy”, “¿están duras esas peras?”, cosas por el estilo; pero tengo la sensación de que no me da lo mismo comprar en un sitio o en otro, que tengo mis pequeñas fidelidades. Creo también que mis fidelidades no dependen de la calidad, la cantidad o el precio de la fruta o la verdura que compro, sino principalmente del nivel de empatía personal con cada una de estas personas.

Empatía (del griego εμπάθεια, que significa simpatizar, sentir en común) describe la capacidad de una persona de vivenciar la manera en que siente otra persona y de compartir sus sentimientos, lo cual puede llevar a una mejor comprensión de su comportamiento o de su forma de tomar decisiones.

¿Empatizamos con todo el mundo del mismo modo?
Si empatizamos de modo diferente, si entendemos más fácilmente a unas personas que a otras ¿cómo influyen estas diferentes en nuestros comportamientos y nuestras fidelidades?


Foto sacada en el mercado central de Florencia

5 comentarios:

Manuela Fernández dijo...

No me resisto a dejarte un comentario. La empatía es algo que desgraciadamente, poca gente pone en práctica,si fuese al contrario, no pasarían ni la mitad de las cosas que pasan y todos seríamos más tolerantes con las ideas y con las actuaciones de los demás. Pero dicho esto expongo...
Podemos empatizar con el dueño de una pequeña tienda que tiene como competidor un comercio de gran superficie y que por lo tanto complicado el asunto de la subsistencia. Pero también podríamos empatizar con la cajera de ese gran comercio o con el guarda jurado o con cualquier trabajador de ese comercio de gran superficie, todos ellos comen gracias a que también compramos en ellos y por lo tanto son puestos a cubrir por la empresa que les da un sueldo.
Es decir, el engranaje de los intereses es muy complejo y si bien es cierto que en las pequeñas tiendas hay tres o cuatro personas detrás, en las grandes superficies puede haber 100 o 200 personas que comen de ello. Si tenemos que hacer nuestras operaciones o compras según nos dicte nuestra conciencia, además de ser seguramente una ruina para nuestro bolsillo sería casi imposible saber a donde, por justicia, tendríamos que poner nuestra fidelidad. Es lo que pienso.
Un saludo, muy interesante tu blog.

Germán Gómez dijo...

Yo creo más bien que empatizamos con quién nos apetece, y con quién no nos apetece no. Otra cosa son las causas por las que nos apetezcan unas personas y no otras.
Con una cajera de un gran supermercado es más difícil empatizar porque ella misma no tiene demasiadas ganas ni oportunidades de hacerlo. Las personas de los pequeños negocios tienen más claro que una parte de su éxito está en su atención personal.
Pero comprar no es habitualmente un acto de conciencia, es simplemente eso, comprar.

Anónimo dijo...

Lo que no acabo de entender, tampoco por el post, es la relación entre empatía y fidelidad, germán.

¿O quieres decir que sólo merece la pena ser fiel, con las personas empáticas?. Si es así, me parece muy coherente, acertado y correcto. :)

En fin, no es una duda existencial, pero no acabo de ver el nexo, lo siento, a no ser que sea "eso". ;)

ADMC avatar

Anónimo dijo...

Yo soy bastante fiel... compro lo mismo casi siempre en los mismos sitios... la carne y el embutido en uno; las pasta fresca en otro (ambas tiendas de pueblo). El resto de la compra, en Mercadona.
No sé si es por empatía o no, simplemente es porque me gusta hacerlo así y no me requiere excesivo tiempo.

Germán Gómez dijo...

ADMC. Yo no hablo de lo que "merece la pena hacer" sino más bien de lo que "realmente hacemos". Creo que siempre merece la pena ser empáticos, independientemente de la postura ajena. Pero la realidad es que no somos igual de empáticos con todo el mundo, que la empatía es habitualmente una relación recíproca.

PILIX: En el proceso de compra es mucho más importante la cercanía que la empatía porque comprar no implica necesariamente una relación emocional.
Lo que pasa es que podemos tener varias opciones de compra, todas igual de cercanas, y en este caso ya decidimos por otros motivos, calidad, precio, empatía personal ...

Locations of visitors to this page