Realidades soñadas
Las vacaciones son tiempo de descanso; los que podemos metemos el despertador en el cajón y nos dejamos despertar sin prisas. Una oportunidad para dormir más y también una posibilidad para vivir un tiempo intermedio, mitad despierto, mitad dormido ... breves sueños matutinos. Tal vez quién lea esto tenga un sueño continuo, y una vez despertado no vuelva a dormir, pero no es mi caso; cuando apago el despertador me despierto de un modo intermitente, con períodos de sueño tras los cuales es fácil recordar las escenas soñadas.
Hace unos meses leí o escuche, no recuerdo donde, que lo que percibimos (cuando estamos despiertos) no es la realidad misma sino el reflejo que de ella nos llega a través de partículas de luz, sonido, olor, etc. Esta mañana al despertarme y recordar como real el sueño que acababa de vivir, me he planteado, como una reflexión inútil (estamos de vacaciones), la relación entre lo vivido y lo soñado.
No son tan diferentes como pudiera parecer. Los sueños son muchas veces el reflejo de las realidades vividas. Y las realidades vividas tienen también una parte de ensoñación: son aquello de lo que somos conscientes, el resto no existe. Algo es un problema o una oportunidad, no por sí sino porque lo vivimos como tal, del mismo modo que vivimos el sueño como algo real en el instante que estamos dormidos.
Si no fuera porque de nuestra consciencia (o de su ausencia) surgen nuestras acciones, estas si totalmente reales, esta sería una reflexión inútil. Pero, no sé, tal vez sea de un cierto valor ser conscientes de la parte de sueño que tiene nuestra realidad ¿o no?.
PD: La foto está sacada en Itxina, esta pasada primavera.
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